“Eaudemoiselle Ambre Velours” de Givenchy , la caricia suntuosa y sensual de una fragancia de aspecto vintage

Tres años después del lanzamiento de su perfume “Eaudemoiselle”, Givenchy presenta la quinta reedición de esta fragancia a la que han llamado “Eaudemoiselle Ambre Velours”, que se pondrá a la venta a partir del próximo otoño. Una interpretación novedosa y sensual de la “Eaudemoiselle” ya existente.

Los perfumes con una estética parecida a los de antes parecen estar más de moda que nunca. “Eaudemoiselle Ambre Velours” confirma esta tendencia. Para esta nueva fragancia, Givenchy ha unido el refinamiento con el regreso a los fundamentos en un perfume anclado en la época actual.

Es un tributo a las aristocráticas raíces de la maison Givenchy, capaz de capturar la esencia de la modernidad pero con un toque añejo, creando una fusión entre refinamiento, rebelión y libertad.

Sólo su nombre, “Ambre Velours” contiene la promesa de la caricia de un bouquet rico y aterciopelado. Lo cierto es que la nueva fragancia tiene un fuerte olor ya que contiene acordes de rosa, ciruela, pimienta rosa, patchouli, cedro, haba de Tonka, ámbar, bálsamo de Tolú y Opoponax o mirra dulce. El conjunto resulta suntuoso y sensual, una interpretación más rica, profunda y misteriosa que la del perfume de origen.

El diseño del frasco se rige por los códigos refinados inherentes a la fragancia original que son la interpretación moderna de un frasco de perfumería tradicional fina inspirada por el lujo y la riqueza de preciosos colores púrpuras y dorados con detalles carmesíes, y telas tan suntuosas como el terciopelo.

Al encuentro de una tradición actualizada, y de una modernidad plenamente asumida, esta fragancia, con toques vintage elegantes y discretos, va dirigidas a mujeres de una sensualidad sutil, con gran personalidad.

A mi, la verdad, es que las tonalidades del frasco me parecen preciosas. Me recuerdan un poco a la de los granates que vuelven a verse en las joyas. En cuanto al packaging, en cuanto lo he visto, no he podido evitar recordar los escaparates de Loewe de hace dos temporadas, en los que los bolsos y zapatos aparecían rodeados por marcos de madera, todos de formas diferentes, recubiertos con plata o pan de oro. Y es que, ¡hay cosas en esta vida que merecen ser enmarcadas!

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