La princesa Carolina de Mónaco le ha pedido a su amigo Karl Lagerfeld que imagine y diseñe toda la decoración y la puesta en escena del famoso Baile de la Rosa de este año. Juntos han decido recrear un baile ruso inspirándose en la época del constructivismo, al tiempo que rinden homenaje a Kazimir Malevith, principal inspirador de este movimiento.
El constructivismo fue un movimiento artístico, arquitectónico y espiritual que vio la luz en Rusia a principios del siglo XX (1917-1921), que revolucionó el arte al proclamar una abstracción minimalista, pero también una construcción geométrica del espacio al utilizar, principalmente, elementos coloridos como el círculo, el rectángulo y la línea recta.
Para crear el decorado del Salón de las Estrellas, el Káiser ha utilizado temas de este movimiento, jugando con la sobredimensionalidad, el choque entre figuras geométricas, y el colorido que también son utilizados para dar volumen. En el techo una gran instalación luminosa reproduce los símbolos del constructivismo.
Véase rectángulos, círculos y líneas rectas, mientras que el hall de entrada se va a decorar con biombos que reproducen las invitaciones diseñadas por Karl Lagerfeld, pero sobredimensionados.
Sobre las mesas, especialmente construidas para este evento, los manteles y las servilletas de algodón irán impresos con motivos geométricos de color. Encima de los manteles se dispondrán curiosos arreglos florales en jarrones geométricos pintados con colores en degradé como un guiño al trabajo de Malevitch.
Karl Lagerfeld lleva años asistiendo y colaborando con este baile cuyos beneficios se destinan integramente a la Fundación Princesse Grace. Este año, el evento más chic y glamouroso del principado tendrá lugar el 29 de marzo en el Sporting Club de Montecarlo. En esta edición, se celebra además el cincuenta aniversario de la Fundación Princesse Grace.
Un evento excepcional que, cada año, reune al gotha y a la alta sociedad internacional, el tiempo que dura una velada, iluminando con fasto el principado
Actualización
Carolina de Mónaco, presidenta de la Fundación de la Princesa Grace, lució un vestido largo especialmente diseñado para ella por Chanel, realizado en tul de seda color chocolate bordado de lentejuelas de color rosas y plateadas, y un kimono en satén y zapatillas de deporte con encajes.
Su hija, Carlota Casiraghi confió también en el buen hacer de Karl Lagerfeld que la vistió con un vestido largo palabra de honor en muselina de seda color cielo y un kimono en seda bordado de lentejuelas (look 40 de la colección Alta Costura Primavera Verano 2014). También llevaba unos zapatos de salón y un bolso de mano plateado.
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