El banquete (II): los adornos de la mesa

Lo que más me gustó de mi cursillo de protocolo fue toda la labor de preparar la mesa de una cena elegante, desde escoger la forma que más conviene a cada ocasión, lo que hablamos en mi anterior post, cómo colocar a los invitados, cristalería y la decoración de la mesa, que es de lo que vamos a hablar hoy.

No perdamos de vista que estas sencillas indicaciones están pensadas para una mesa elegante, no estamos hablando ni del cumpleaños del niño ni de Fin de año, ocasiones en las que rigen otras pretensiones.

Así, entrando de lleno en el tema, he puesto un ejemplo de cómo NO hay que decorar la mesa en la foto principal. Muy bonita pero fuera de un correcto protocolo.

Parece una mesa servida dentro de una lata de sardinas: no hay espacio para nada, si coges una copa haces caer algo y destacan más los centros de flores, muy bonitas por cierto y con un color adecuado, que los mismos platos y copas que son lo principal.

Los dos elementos decorativos básicos son los centros de flores y las velas. Las flores deben ser bajitas y sin olor, o el menos posible para no ofender al olfato que debe estar libre para la comida. Elegancia es sinónimo de sobriedad y siempre serán naturales.

Nada estorba más que intentar degustar un buen camembert con la copa de rouge pertinente y seguir oliendo esa persistente camelia que se nos ha metido en la nariz desde el inicio de la cena. Y no pueden estorbar, de hecho ningún elemento decorativo debe, la vista de los comensales.

Las velas son ideales para la noche. Deben ser de cera virgen, sin olor y blancas a excepción de Navidad que el color rojo es aceptado excepcionalmente y a mi personalmente me parece perfecto. Si las colocamos en candelabros, por favor que sean sencillos o nos cargamos la estética de la mesa. El momento P de prenderlas será cuando lleguen a la mesa todos los comensales y nunca antes.

Y como he empezado la casa por el tejado, un detalle de gusto: la mantelería de día debe ser de color muy claro o pastel pero por la noche, no hay duda de que el blanco es el color. Y si es de hilo, mucho mejor. Sencillo no quiere decir simple: escoje bien los adornos y triunfarás. Si la mesa es rectangular caben un par o tres, si es redonda con uno bastará.

Foto | Decoesfera, Diario del viajero En Embelezzia | El banquete (I): tipos de mesas, Etiqueta

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