La salud económica de Porsche arrastra un lastre de muchos ceros desde que quiso controlar a Volkswagen y piensa soltarlo negociando con un socio de lujo: el Gobierno de Qatar.
Actualmente, entre ser un destino turístico de lujo y la publicidad de la fórmula-1, todo el mundo sabe dónde está Qatar y la gran fortuna de que dispone el emirato árabe.
Las familias Porsche y Piëch, los representantes de ambas empresas y el ministro de Finanzas de Qatar, Youssef Kamal, van de reunión en reunión afinando las negociaciones en medio de un ambiente negociador positivo pero sin noticias concretas sobre el cómo y el cuánto.
Aunque el Financial Times habla de la posibilidad de una ampliación de capital de 4.500 millones.
El portavoz de Porsche, Alfred Bamler, confirmó hace pocos días que el fondo soberano Qatar Investment Authority podría estar interesado en adquirir el 25% del capital de Porsche.
No es ninguna novedad que los países ricos del Golfo entren como socios en empresas de coches de lujo.
El caso de Daimler, fabricante de Mercedes Benz (una marca adorada en Oriente Medio) es un ejemplo representativo del interés inversor de países de esta zona: el fondo soberano de Abu Dhabi y el de Kuwait adquirieron el pasado mes de marzo 2008 el 9,1% y el 6,9% del capital de Daimler respectivamente.
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