Sí, habéis leído bien. He tenido el lujo de comprar en Chanel, y quiero compartir la experiencia. Fue con motivo del Día de la Madre, y como dice la publicidad, porque ella lo vale. Y mucho.
Lo primero, sabía qué quería... y lo tenía claro. El clásico Nº 5. Pero en lugar de la versión en perfume, la nueva, mucho más fresca, Eau Premiere, y con un olor que os animo a probar. Es intenso, durarero, pero no tan cargante como el perfume. Con dos toques, dura todo el día...
Y cómo huele... Lo mejor, sin duda, la experiencia de la compra y ver cómo mi madre lo iba descubriendo. Te enseño todas las fotos.
Quiero contaros una cosa, no son mis fotos como podéis comprobar, son de un fotógrafo semi-profesional al que pedí ayuda ese día. Que conste en acta que yo disparo muy mal. Y él quedó tan contento con el resultado, que la va enseñando por ahí.
Lo dicho. Chanel y yo. Un amor imposible. Cuando vas a Chanel puedes probar casi de todo, además de regalarte detallistos maravillosos. El packaging es realmente espectacular, no sólo la bolsa, el lazo, sino también la caja, el interior perfumado, el frasco grande por supuesto, y la miniatura en edición limitada.
Este pequeñito teatro en concreto fue espectacular. Al abrir, un frasquito de Chanel nº Eau Premiere como protagonista de un desfile con Coco Chanel desde bambalinas, tres espejos maravillosos a los lados, una modelo desfilando, y las sillas vacías para ser ocupadas.
Alucinante, en serio. Desde el primer instante de pisar el espacio Chanel, hasta el trato, saber que es para una persona especial... ¡todo! Lo peor, tenerlo guardado sin poder decir nada. Lo mejor, ver su rostro al abrirlo. Y lo más de lo más... ahora mi casa huele a Chanel...
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Imágenes | Santos MR En Embelezzia | Chanel nº 5, re-edición 'Eau Premiere' para octubre