Corría el año 1964 cuando Don José Hevia Suárez (Pepe Hevia) hombre de cultura internacional y gran piloto enamorado de la aviación aeronáutica , fundaba junto con su esposa Elena, el Restaurante Hevia, una joya de la gastronomía madrileña que ha mantenido inalterado después de medio siglo su nivel y aquel aire intelectual propio de sus orígenes.
Pocos son los madrileños que no han almorzado en su famosa terraza de la calle Serrano, lugar perfecto donde hacer una parada técnica cuando recorres la milla de oro de compras o cenado con amigos antes de salir de copas por la capital.
Un interior elegante y cómodo, donde se percibe que entre sus paredes de madera se han sucedido tertulias y debates de ilustres personalidades destacadas de la sociedad. En cuanto a su terraza (mi lugar favorito, por si alguien no se ha dado cuenta) sobre la acera de Serrano, con su mantelería blanca y lámparas de mesa que iluminan suavemente la calle, la terraza de Hevia representa el ápice de la elegancia urbana de este entorno.
Una carta que cuida la exclusividad de sus productos, una excepcional presentación de los platos y en el impecable protocolo del servicio con un marcado carácter humano, hacen de Hevia un sitio especial, donde disfrutar desde el momento en que te sientas. Aquí la cultura hostelera es algo que se toman en serio.
Si a todo lo anterior unimos una excelente bodega de vinos, donde destacará a partir de ahora un Rioja dedicado a los 50 años del restaurante, auguramos al restaurante Hevia (al menos) otros cincuenta años de vida. ¡Feliz aniversario!
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