¡Hay que ser retorcido para diseñar una calavera como botón de cierre de un clutch dedicado a San Valentín!. Entre lo naïf y la calavera de Alexander McQueen, es como un partido de ping-pong de un extremo al otro.
Vale, es un clutch en satén color rojo pasión y lo que hace brillar la mini-calavera desde dentro son cristales de Swarovski, pero si llega mi caballero y me regala ese mensaje tan tétrico, va a cenar solito por San Valentín.
Lo que me pregunto es qué cara pondría si mi pareja me lo regala muy entusiasmado, explicándome que le pareció un mensaje de auténtico amor: hasta que la muerte nos separe. ¿Qué harías tú para no ofenderlo?.
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