Una isla paradisíaca en el archipiélago de las Seychelles, en mitad del océano Índico, con tres kilómetros cuadrados de extensión salpicados por dieciséis villas de lujo. Así es la isla Fégate, un auténtico paraíso.
Fégate Island Private pequeño gran complejo turístico exclusivo y privado, con bellísimas playas, flora y fauna salvaje y todas las comodidades que puedas soñar para tus vacaciones de lujo, o para una mágica luna de miel (o para celebrar tu boda, ya que esa opción también la ofrece el hotel)
De las dieciséis villas, trece cuentan con una habitación, dos con dos habitaciones, y la restante es la suite presidencial. Todas ellas tienen una extensión desde los 300 a los 500 metros cuadrados: salón, dos cuartos de baño, piscina privada, porche, jacuzzi, terraza, increíbles vistas… y miles de detalles orientados a satisfacer los gustos más críticos y sibaritas.
Por cierto, el diseño de las piscinas me fascina: parecen estar suspendidas y fundirse con el propio mar… ¡y el jacuzzi, al lado!
Todas la villas han sido diseñadas por la renombrada firma norteamericana de decoración de interiores Wilson & Associates. El toque colonial, las maderas nobles, las más exquisitas telas, los detalles isleños y la amplitud en las estancias son las notas predominantes.
Gastronomía y romanticismo
Además de los dos exquisitos restaurantes en los que puedes degustar tanto platos típicos de la zona como la más alta cocina internacional, el hotel ofrece servicios personificados y muy románticos, como una cena con tu pareja en la orilla de la playa, con velas, una pequeña hoguera, servicio personalizado y tu propio cocinero. La foto invita al placer, ¿verdad?
O quizá prefieras que te lleven el almuerzo a las infinitas playas de arena blanca o disfrutar de un buen champagne en lo alto del Monte Signal viendo atardecer.
Spa y Gym
Si aparte de disfrutar de la gastronomía, también te apetece cuidar de tu cuerpo, el hotel Frégate cuenta con el cautivador Rock Spa: 4.500 metros cuadrados para relajarte, disfrutar y dejar que te cuiden. Siguiendo con la filosofía del hotel de cuidado y respeto de la flora y la fauna autóctona, los productos utilizados en el spa son totalmente naturales, utilizando más de 140 ingredientes que crecen en la propia isla.
Podrás disfrutar de los masajes y de las terapias bien en las cabinas del spa, bien en las inmediaciones del jardín Zen, que cuenta además con templetes para practicar yoga, por ejemplo. Pero también puedes contar con los servicios de tu terapeuta en tu propia villa, recibiendo un masaje en tu terraza, a la orilla de tu piscina privada y sin tener que moverte.
Si quieres algo más de actividad para tu cuerpo, apuesta por las instalaciones deportivas del Rock Gym y disfruta de unas vistas de 360º sobre toda la isla mientras sudas la camiseta.
La exclusiva boutique y la galería de arte, así como las visitas guiadas por los parajes más vírgenes de la isla, deportes de agua, paseos en velero y senderismo completan la oferta del hotel para unas vacaciones de descanso y romanticismo.
Lujo, cuidados, temperaturas medias de 26 a 30 grados, paisaje espectacular y paradisíaco, tranquilidad, descanso, romanticismo… ¡Qué ganas de perderse en un lugar como este!
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