A los pocos años de su creación hace ya dos siglos, la marca de champagne G.H. Mumm se propuso disminuir las pérdidas por rotura de sus botellas destinadas a la exportación: se estimaban entre el 20 y el 40%.
En el siglo XIX, el transporte de botellas se realizaba muchas veces por barco y se exportaban a países donde se podían permitir el precio de semejante lujo: una botella de buen champagne. Los responsables de la marca empezaron a expedir las botellas en cestas de mimbre como protección.
El embalaje isotermo que veis en la foto es la Treasure Case, creada para honrar el 180º aniversario de su fundación. Aunque de mimbre hubiera sido muy entrañable, el material es aluminio cepillado. El asa formada por el emblemático Mumm Cordon Rojo, mismo detalle en las copas para dos. En cualquier lugar, para un momento único.
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