La colección de relojes «Mademoiselle Privé» no es para todo el mundo. Te tienen que gustar mucho las camelias o ser fan total de Chanel. Su sola visión es como estar en frente de un sofisticado y elegante joyero, que nos abre las puertas al universo más íntimo de Gabrielle Chanel, desvelándonos algunos de los símbolos más preciados por Mademoiselle, y los elementos de los que le gustaba rodearse.
Gracias a las expertas manos de los más destacados artesanos esmaltadores, grabadores, cinceladores y engastadores de Chanel, esta colección escribe un nuevo capítulo en la historia creativa de marca, convirtiéndose en el territorio de expresión del savoir-faire y de la excelencia de los Métiers d’Art de la Relojería y de la Alta Joyería.
Las características de los relojes Mademoiselle Privé son las siguientes: una caja en oro amarillo de 18 quilates engastada con 60 diamantes talla brillante de aproximadamente un quilate. Lo más impactante de todo sea quizá su nueva esfera de laca negra decorada con camelias realizadas con paillons en oro amarillo, y 3 camelias con cáscara de huevo.
Para lograr semejante proeza de minuciosidad, se ha empleado la técnica del Maki-e - una técnica ancestral japonesa que consiste en aplicar polvos metálicos o materiales decorativos (como paillons de oro o de nácar o cáscaras de huevo) en la laca mientras todavía está mojada.
Las agujas del reloj son también de oro amarillo de 18 quilates, y su corona va engastada con un cabujón de onyx. El brazalete es de satén negro con cierre ardillón en oro amarillo de 18 quilates engastado con 80 diamantes talla brillante.
Personalmente opino que hay que ser coleccionista o tener muchos relojes para poder permitirte un Mademoiselle Privé. ¿No os parece?
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