Esta mañana, en una de las suites del hotel Santo Mauro –un exquisito hotel emplazado en una de las zonas con más solera del centro de Madrid -, ha tenido lugar la presentación de la nueva colección Salvatore Ferragamo para la primavera-verano del 2013. Esta firma de moda toscana ha vuelto a lograr, una vez más, conjugar un gusto depurado y clásico con un toque típicamente urbanita.
Las nuevas propuestas diseñadas por Massimiliano Giornetti, el director creativo de la firma, presentan a una amazona de actitud combativa, segura de si misma, que camina por la ciudad, pisando fuerte, enfundada en trajes de piel cortos y asimétricos, y calzando unas sofisticadas cuissardes de piel.
Las tonalidades, que se declinan desde un severo color negro a los beiges pasando por toda la gama de los colores crudos, contrarrestan el rigor de estos total-look con tejidos de tramas barrocas y cascadas de paillettes doradas.
En palabras de Massimiliano Giornetti:
La idea que inspiró la nueva colección fue la poesía de los espacios abiertos, de los horizontes lejanos sobre la inmensidad del mar; y mujeres de espíritu indómito, capaces de reinterpretar a su manera unos looks más tradicionales conforme a una nueva y moderna visión del tailoring".
En honor a la verdad, he de decir que lo que más me impactó de la colección fueron sus innovadores zapatos - lo cual no es de extrañar, teniendo en cuenta que estamos hablando de una de las marcas que han escrito gran parte de la historia del calzado no solo en Italia o en el resto de Europa, sino también en Estados Unidos, y más concretamente en Hollywood.
Lo mejor: las famosas cuissardes de las que hacíamos mención al principio. A ver, cómo os lo explicaría yo, se trata de una sandalia que lleva bantante tacón y va abierta por delante, dejando los dedos al aire. La cuestión es que, por detrás va atada como si fuese un corsé de los que usa Dita von Teese. Absolutamente "femme fatale", espectaculares y sensuales, ¡todo glamour! Ahora que, ¡no me quiero ni imaginar lo complicado que debe ser intentar calzárselas! No aptas para ir con prisas o si no se tiene ayuda de cámara.
Tampoco faltaban otros modelos de zapatos más ponibles como unas sandalias de piel que se ajustaban al tobillo con una pulsera. ¡Preciosas las sandalias súper planas!
Entre los modelos de zapatos masculinos expuestos, hubo uno que llamó inmediatamente mi atención. Se trataba del clásico modelo de zapato inglés con cordones. No me atrevo a clasificarlo como un oxford, pues tenía un twist que lo hacía único. Y no me estoy refiriendo sólo a los vivos en tono granate que contrastaban maravillosamente bien con la patina con la que parecían habían teñido el zapato. Los amantes de este tipo de calzado probablemente entiendan lo que intento expresar. Sólo por ver esos zapatos ya merece la pena hacer una visita a la tienda de Ferragamo.
Me sorprendió ver muchos modelos que reproducían la famosa técnica del intraciato que, en mi ignorancia, yo siempre había atribuido a Botega Venetta.
También pudimos ver las famosas corbatas de siete pliegues de la firma, elaboradas con un metro de tela que se ha plegado siguiendo la técnica del origami. Un auténtico "must".
Repartidos estratégicamente por toda la suite habían colocado los nuevos bolsos de la colección: grandes, con mucha capacidad, de formas suaves y geométricas adornados con hebillas, tachas y cierres metálicos al más puro estilo Ferragamo.
Entre las nuevas formas, vi bolsos rígidos realizados en piel de tres colores (beige, burdeos y un rojo carmín), que reproducían la estructura típica de un maletín, y que se sujetaban por una solo asa. Quien quiera optar por una versión más sofisticada, también lo había en terciopelo negro con vivos dorados.
La línea de bolsos se completaba con una serie de clutchs, perfectos para utilizar tanto de día como de noche; y por unas flat pochettes fabricadas en finísima piel de becerro, disponible en colores tan apetecibles como el frambuesa, el amarillo, el turquesa o el coral. Todos estos bolsos llevan cierre de solapa adornada con un gancho metálico.
En cuanto a lo relacionado con la moda masculina, debo decir que Ferragamo acaba de presentar una colección que, en tiempos de recesión, parece ser un auténtico himno a la alegría y al optimismo. Todo ese arcoiris de colores parecía una invitación implícita para que nos sacudamos el letargo y la apatía en los que nos tiene sumidos la dichosa crisis. En mi opinión, la contemporaneidad de una estética hecha de arte y estilo, de energía y de color. Una explosión de colores llevada, decididamente, al exceso y a la excentricidad. Pero, ¡me encanta!
Porque la contemporaneidad de Salvatore Ferragamo consiste en saber mezclar con gusto el tailoring con el registro sportwear (capitaneado, por cierto, por unas deportivas de lo más "pop running"), dando vida a un sorprendente juego de superposiciones. A quienes les gusten los colores vivos y alegres, los ojos les harán chiribitas, pero también habrá quien se pregunte si no resulta un poco exagerado toda esa mezcla de tonalidades. ¿Vosotros qué opináis?
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