La exposición “La belleza, una búsqueda sin fin” celebra su tercer aniversario

La exposición “La belleza, una búsqueda sin fin” presentada en el Museo de la Evolución Humana de Atapuerca (Burgos), en colaboración con la firma L’Oréal, ha logrado atraer ya a más de mil personas. Un éxito sin precedentes para una exposición que, en principio, va ser temporal, pues se podrá visitar sólo hasta mediados del mes de enero de 2014.

Las ciento cincuenta piezas que componen esta muestra, las conferencias impartidas por investigadores y expertos en las distintas materias, las proyecciones de documentales, y los talleres dirigidos a familias y a otros colectivos han hecho crecer, en un cien por cien, el número de visitantes respecto al primer año de apertura del museo.

Como os decíamos al principio, los hitos de la belleza en la historia de la humanidad representados por estas ciento cincuenta piezas, de las más diversas procedencias, conforman la exposición “La belleza, una búsqueda sin fin”, que se articula a través de seis ámbitos diferentes, realizando un recorrido científico y cultural que permitirá a los visitantes reflexionar sobre el concepto de la belleza desde sus inicios hasta nuestros días.

Las seis áreas mencionadas comprenden:

  • La naturaleza de la belleza
  • La fascinación por la belleza
  • La generación de “la toilette”
  • Belleza, poder y cotidianidad
  • Luces, cámara, acción
  • Belleza, ciencia y futuro

Desde su origen, la Humanidad ha incorporado la belleza al lenguaje con el que expresa sus creencias, valores y sistema social. No se conoce cultura que no tenga su concepto ideal de belleza y haya utilizado el propio cuerpo como lienzo para reflejarlo a través de tintes, peinados, cosméticos, ornamentos e indumentaria.

La muestra dedica un espacio a los usos y costumbres de la cosmética desde tiempo inmemoriales, y a los pigmentos utilizados a lo largos de los años, pasando por las pelucas o los monumentales estilos de peinados de la época de Enrique IV, hasta los primeros maestros perfumistas.

Pero fue la revolución francesa la que impone la sencillez con el retorno a los cabellos naturales y el corte "a la Titus" –cabello femenino muy corto-, la peluquería comienza a profesionalizarse y a adquirir su propio protagonismo. También la silueta de la mujer fue modelada por prendas de ropa interior como el corsé o el miriñaque.

A mediados del siglo XIX los avances de la industria química condujeron a la obtención de los primeros colorantes sintéticos, y se generalizaron los tratamientos de limpieza y belleza. En 1907 el químico francés Eugene Schüeller inventa el primer tinte sintético para cabello con parafenilenediamina al que llamo L’Auréale –que inspiró el nombre de la compañía L’Oreal- y que vendía directamente a los salones de peluquería de París. Schüeller fundaría L’Oreal al poco tiempo.

Esta exposición es una invitación para reflexionar sobre la evolución del concepto de la belleza a lo largo del tiempo. Resulta curioso comprobar como han ido transformándose las fórmulas y los recursos técnicos que las personas, a los largo de todos estos siglos, han ido ideando y perfeccionando para imitar a la belleza de la naturaleza.

Al visitante le resultará estimulante el ejercicio de preguntarse cómo ha influido la belleza a lo largo del tiempo, y cómo nos situamos antes los retos estéticos que nos deparará el siglo XXI.

Actualmente, los cuerpos se exponen como nunca lo han hecho, y la preocupación por la salud física parece una consecuencia lógica. Se ha colocado la belleza en el foco de los avances de investigación médica y biotecnológica como la creación del primer filtro solar foto estable, o en la ingeniería de tejidos para evaluar modelos de piel reconstruida la inocuidad y eficacia de los productos cosméticos. El envejecimiento se constituye en otro de los campos de investigación. L’Oreal ha conseguido, in vitro, enriquecer o empobrecer una epidermis con células madres con el fin de corregir los efectos del sol o del tiempo.

Para la realización de esta exposición, que se podrá visitar hasta el próximo 12 de enero de 2014, se ha contado con la inestimable colaboración del Museo de la peluquería Raffel Pagés, Barcelona – Museo Etnográfico de Castilla y León- Museo de la Fundación Jiménez-Arellano, Universidad de Valladolid – CAB-Caixabank, Burgos - Museo de Burgos - Museo del Libro de Burgos - Museo de Altamira, Santillana de Mar, Santander - Museo de Ciencias del Instituto Cardenal López de Mendoza de Burgos y Archivo Municipal de Burgos. Colectivos y colecciones particulares: Roger&Gallet (París), La Casa de las musas, Burgos - Escuela de Diseño y Artes Burgos - Casa México de Burgos - Sastrería Cornejo, Madrid - Artemisa (Burgos), La artista Paloma Navares, el fotógrafo José Ramón Ibáñez, y las tiendas Richana y El Corte Inglés.

Más información | Museo de la Evolución Humana En Embelezzia | La belleza y bienestar a debate en la Roca Gallery

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