Os hemos hablado de grandes nombres de la gastronomía, de la zapatería , de la moda o la perfumería pero aún nos queda un campo en el que entrar, el mundo del motor, y nada mejor para ello que uno de los nombres más vinculados al mundo del lujo Rolls Royce.
La historia de Rolls-Royce comienza cuando en 1904 Frederick Henry Royce construyó su primer coche, un (cariñosamente llamado) Royce, fue antes de que conociera a Charles Stewart Rolls, la otra pieza del puzzle, en mayo de ese mismo año. A partir de ese momento decidieron asociarse, fundaron la compañía Rolls-Royce, y desde ese momento todos los coches fabricados por Royce se comercializaron con ese nombre.
El ascenso de la compañía fue gigantesco, el primer Royce (podríamos decir el pre-Rolls), se construyó en 1904, en ese año se conocieron como os acabo de decir, en 1906 Rolls y Royce estaban fundando su compañía y en 1908 se trasladaron al lugar donde más tarde harían historia, Derby.
Aunque antes habían tenido varios modelos, el responsable del éxito de la marca, que vino sobre todo dado por el mercado estadounidense fue el Silver Ghost (el modelo que comercializaron entre 1906 y 1925).
El coche tenía 6 cilindros (cómo han cambiado las cosas ¿eh?) y se fabricaron 6173 unidades (hoy por hoy si una marca vende 6173 coches, no es un éxito comercial, pero en aquel momento lo era) que se vendieron sobre todo en EEUU, por lo que tuvieron que abrir ahí una nueva fábrica.
El otro paso importante fue la adquisición de la marca Bentley, debido a su quiebra después de la Gran Depresión. Pero no es la única quiebra en la historia de Rolls-Royce, como en todos los grandes, su historia está llena de subidas y bajadas.
En 1971 debido al intento de desarrollo de un producto que costó más de lo que esperaban y no consiguieron, el gobierno tuvo que nacionalizar la compañía al no poder hacer frente a los créditos que habían pedido.
De esta nacionalización surgieron Rolls-Royce Motors que se separó en 1973 y que abarcaba el campo de los coches y por otro lado Rolls-Royce plc, una empresa pública hasta 1987 y que abarcaba el diseño de motores de aviación y marina.
Pero la historia no para ahí ni mucho menos, después de ese momento Rolls-Royce ha tenido muchas novias, la primera Vickers y la última, de momento BMW. Todos han querido aprovecharse de la reputación inicial, pero lo cierto es que, cuando hablamos de Rolls-Royce, siempre imaginamos un Phantom o un Silver Ghost, al menos es lo que me pasa a mí.
Quizás precisamente es eso lo que les hace un lujo, además de su cuidado diseño, sus características, robustez y detalle en cada una de sus piezas, el hecho de que a pesar de su edad siguen siendo una pieza de diseño, moderna y a la vez clásica, perfecta para cada ocasión.
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