En Port Andratx, en el sudoeste de Mallorca, a trece kilómetros de Palma de Mallorca se extiende, a los pies del Mediterráneo, esta paradisíaca propiedad de 540 metros cuadrados.
Alberto Rubio, el famoso arquitecto, diseñó la villa Cala Marmacen durante la década de los sesenta, reproduciendo la silueta de una gaviota, que parece dominar el puerto desde las alturas.
Este oasis de un blanco resplandeciente, rodeado por el azul del Mediterráneo, aúna exterior e interior de forma armoniosa. Los inmensos ventanales contribuyen a reforzar ese sentimiento de libertad que te embarga en cuanto pones un pie dentro.
Las terrazas también representan un lugar privilegiado donde poder disfrutar gran parte del año, haciendo que la casa parezca aún más grande. También dispone de una piscina de horizonte infinito, que logra causarnos la impresión de que estamos en propiedad que no se acaba nunca.
¡Qué sitios tan maravillosos hay dentro de la geografía española! ¿Verdad? ¡Y qué talento tan grande el de Alberto Rubio! Si tenemos en cuenta que el proyecto es de principios de los sesenta, el arquitecto puede presumir de ser un auténtico visionario y, encima, ¡con buen gusto!
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