Sé que esta panadería de origen belga está causando furor en Madrid, donde hay cuatro locales distribuidos desde las zonas más céntricas, a las más cosmopolitas y en un centro comercial. Conozco la de la c/ Fuencarral y me van a tener que nombrar embajadora, porque desde que se la recomendé a mis amigos no paran de ir. Os presento Le pain quotidien, más que una panadería.
La idea es simple, pero funciona: una panadería donde todos los ingredientes son naturales, desde la harina recién amasada, rebanadas de pan rústicas, mermeladas y chocolates increíbles y de todos los sabores, aceite de oliva para el pan, tomates, y muuuuucho café.
No sé si el café es lo mejor, pero en esos tazones enormes (hay tamaños pequeños) que me recuerdan los desayunos de fin de semana, se pasa el tiempo sin que te des cuenta. Os cuento un poco para que os ubiquéis. Entras y puedes elegir, llevarte el bollo recién hecho, pan o las mermeladas y chocolates a casa, o decidir entrar a la sala más tranquila.
Y allí, más opciones. Mesas individuales, o para grupos, y la gran mesa común, como las cocinas antiguas donde se hacía vida. Supongo que es el secreto, pero me ha encantado que todas las veces que he ido, sí, a merendar, una tradición que hay que recuperar ya, estuviera lleno de familias con los niños, ¡merendando! Y muchas amigas y amigos descubriendo esa buena tradición.
El creador de este negocio es Alain Coumont, un chef que comenzó en Bruselas y que buscaba el pan más adecuado para su restaurante. Como no lo encontró, decidió seguir lo que había visto en un infancia, pan, harina y sal y al horno.
¿Qué se puede tomar? Os cuento mi merienda: capuccino en tazón, pero tazón de verdad enorme; cestillo de pan, con cuatro panes diferentes, todos con frutos secos, integrales, muy variados y buenísimos; para acompañar, mermeladas, crema de cacao y aceites varios. Sí, una señora merienda, lo sé.
Hay una carta más amplia para picar, todo muy muy sano, verduras al horno, tostas, cambia casi cada día, así que es mejor probar. Desde tartines, ensaladas, quesos varios... Dicen que en los desayunos los turistas se han hecho muy aficionados, y no me extraña porque hay de todo: frutas, cereales, yogur, panes integrales, una flauta de nueces y pasas que está tremenda...
Y lo mejor, ¡hay un catering para que lo lleven a casa! O contratarlo para sorprender en un evento diferente...
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