De todos los desfiles que se han visto al "otro lado del charco", durante la Fashion Week neoyorquina, me ha sorprendido el del simpar Marc Jacobs. En un desfile nocturno, ambientado en un parque oscuro de Gotham City, puso el broche final con una serie de creaciones más propias del crudo invierno, que de una alegre y fresca primavera.
Negros, granates y azul petróleo con cuellos cerrados, chaquetas y botas de media caña se unieron a pailletes y gasas para una colección con un puntito grunge y un tanto gótica, tendencia que creíamos más que acabada y que parece resurgir como el ave fenix, aunque sea una frase un poco manida, en una colección de protesta, según el propio Jacobs
Decadentes aires victorianos, con heroínas con pesados brocados, opulentos chaquetones y bolsos, mocasines y sandalias bordadas, con exceso de lentejuelas, apliques de pasamanería, trenzados y adornados con borlas más allá de la mesura, y el propio Jacobs dijo en broma que no hay una casa de meretrices en toda Francia (me temo que utilizó una palabra más vulgar, que evidentemente no voy a reproducir) donde se pueda encontrar tantos adornos para un cojín .
Bueno nos queda clara la protesta, por que según dice, ya no puede fumar en el parque, ni dejar los detritus de sus canes ni a estos sueltos por el cesped, y lo que le gusta al público es lo nuevo y lo moderno. Así que Marc Jacobs reivindica lo gastado y decadente.
Como dice mi amigo Jorge Sneak Peack, vamos a sacarle el puntito a esta colección tan "indignada", pero quedándonos sólo con los tejidos por separado, porque tanto abalorio por todas partes y tanta pasamanería y y flecos me recuerda cuando en los talleres infantiles las niñas tienen que pegar todas las cosas que encuentran sin orden ni concierto.
Y por supuesto, de cara a otras estaciones, porque Marc Jacobs se ha quedado anclado en colores invernales en su "oscura" colección primavera verano 2014.
Más información | Marc Jacobs En Embelezzia | Marc Jacobs busca aires británicos con Katie Hillier y Luella Bartley
