Royal van Lent contruye grandes barcos de lujo de forma artesanal desde hace 160 años y es el nuevo miembro del grupo francés LVMH-Group. Este naviero holandés mueve cada año unos 100 millones de euros y sus yates rondan los 40 millones.
Es la segunda adquisición del grupo de M. Arnault este verano 2008 en este mismo sector de lujo. El pasado mes de junio, LVMH adquiría a su vez la británica Princess Yachts International, una de las compañías líderes en yates de lujo. Ahí la facturación anual es algo más elevada: entre 250 y 300 millones de euros anuales.
Husmeando más a fondo el artículo de la adquisición de Royal van Lent de Capital.fr y en la notícia que la misma Princess Yachts publicó en su web el pasado 05/07/2008, se entienden las diversas razones de este movimiento de capital inversor.
Ambas navieras evitan así, como las demás compañías medianitas del grupo (la facturación anual del gran LVMH es de una serie de ceros de vértigo, como unos 16,5 millardos de euros. 1 millardo=mil millones uffff) alguna acción de monopolio y aseguran la continuidad de una gestión independiente.
Por su parte, LVMH no está adquiriendo ningún capricho de billonario sino diversificando sus inversiones hacia otros sectores de mercado, y el de yates de lujo es un caramelo nada despreciable: crecen un promedio del 20% anual. Una inversión muy dinámica.
Y es más difícil que la turbulencia de un desajuste económico coyuntural afecte a Royal van Lent o a Princess Yachts International que a los Louis Vuitton. Los cimientos del grupo se mantendrían firmes y estabilizarían la superficie de los millardos. Arnault no es sólo grande sino muy listo. Supongo que es la manera de mantener la buena marcha de un imperio.
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