El Museo Guggenheim de Nueva York abre la temporada de otoño con una espectacular exposición de uno de nuestros más famosos artístas, Pablo Picasso. Bajo la experta dirección de Carmen Gimenez, Stephen y Nan Swid Curadores de Arte del siglo XX y Karole Vail, Curador Asociado, arranca esta muestra.
Picasso, Black & White es la primera exposición que explora un enfoque singular sobre la obra de Picasso a lo largo de su prolífica carrera: el uso del blanco y negro.
Siempre se ha enfocado la obra del genial español desde el punto de vista de sus etapas. La etapa rosa y azul picassianas, las obras pioneras en el cubismo,el neoclásicismo y exploraciones en el surrealismo, el periodo sombríoen el que describe las atrocidades de la guerra , las naturalezas muertas, los alegóricas interpretaciones vivas de obras maestras y los lienzos sexualizados de sus últimos años.
Pero desde este nuevo punto de vista, del blanco y negro nunca se había realizado una muestra, el motivo del negro, blanco y gris con frecuencia se pasa por alto. Picasso es recurrente en la gama de colores neutros austeros.
Dibujante por excelencia, Picasso prestaba especial atención al contorno de la figura y sus primeras obras cubistas son condensados en los componentes geométricos y gamas deconstruidas de grises, la creación de redes que animan el lienzo, como negro y blanco en una pintura compuesta de arabescos sensuales.
Se pueden ver varias obras importantes realizadas a lo largo de la Segunda Guerra Mundial, durante la ocupación de París, Picasso creó figuras rígidas y desnudos reclinados, que transmiten un mayor interés en las formas monocromáticas, formas y volúmenes. Durante este tiempo, pintó El osario (París, 1944-45), un imponente negro y blanco lienzo que registra la devastación brutal de la guerra.
Los tonos mínimos, la intensidad gráfica y contrastes dramáticos de la oscuridad y la luz, que se refleja en Naturaleza muerta con morcilla (10 de mayo de 1941) y tan característico de las pinturas más importantes de Picasso, transmitir un estado de ánimo melancólico como el artista explora la universalidad del sufrimiento humano y la muerte.
También podemos disfrutar de una serie de obras con mujeres reclinadas, desnudos, y bañistas donde reconocemos a la musa del artista, Marie-Thérèse Walter. Obras que reinventan a los clásicos como Goya, Velázquez, Poussin o Delacroix. Obras de la categoría de Desnudo reclinado (1942) y Las damas de honor (Las Meninas) así como de las Mujeres de Argel (versión L) (1955) y El rapto de las sabinas (1962).
En sus últimos años, Picasso a menudo representa parejas abrazadas, como se ve en El beso (1969), y desnudos voluptuosos como Mujer sentada (Jacqueline) (1962), haciendo que esta gama limitada de colores mínimos, haga más viva y consciente su vitalidad sexual.
El uso repetido de Picasso de una paleta de negro, blanco y gris se correlaciona su interés obsesivo en línea y la forma, la influencia del dibujo, el uso de los valores de blanco y negro y tonal, su complejo lenguaje de signos pictóricos y escultóricos, y ejercicios de luz y oscuridad.
Una excelente exposición de un artista que ha hecho y hace, correr ríos de tinta sobre su extensa carrera y su polémica vida. Pablo Picasso en el Museo Guggenheim de Nueva York una muestra que seguro merece la pena visitar.
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