Estoy segura que algunos lectores se preguntaron lo mismo que yo cuando lo oyeron por primera vez: ¿el oyster perpetual de Rolex?. Para empezar vamos a separar las dos funciones: el oyster (ostra en inglés) se refiere a la caja del reloj; el perpetual esperará en piloto automático a un próximo post.
El fundador de Rolex, Hans Wilsdorf, apostó por los relojes de pulsera viendo en ellos el futuro de la relojería con gran acierto, perfeccionando el mecanismo que por aquel entonces no era muy fiable. En 1910 ganó un primer y prestigioso premio presentando en la Escuela de Horología de Suiza su avanzado reloj de pulsera.
Un paso más allá, se le metió entre ceja y ceja hallar la solución a los problemas del aire, polvo y agua que se colaban dentro de la caja y que con el tiempo estropeaban el reloj. ¡Eureka! La idea de atornillar la corona funcionó a la perfección. La innovadora idea revolucionó los relojes de pulsera: Wilsdorf acababa de inventar el primer reloj hermético, resistente al agua, a las motas de polvo, al aire y a lo que le echen.
En 1926 patentó la caja con corona atornillada llamada“Twinlock". Cada Oyster se elabora a partir de un bloque macizo de acero, oro o platino y es vaciada a mano. Una vez la cavidad perfecta, se fijan unos 220 componentes con una maestría absoluta. Tras someterla a más de 150 operaciones y verificaciones expertas, el resultado es un reloj tecnológicamente perfecto.
La resistencia de la caja Oyster es tan robusta que se la compara a una caja fuerte en miniatura. Rolex se ha ganado a pulso el derecho de enorgullecerse de su Oyster, que ha salido airoso de las más duras pruebas como viajar al desierto del Sahara o hasta la cumbre del Everest.
Ya en su presentación en sociedad, el 17 octubre de 1927, Mercedes Gleitze llevó un Rolex Oyster en su travesía cruzando el Canal de la Mancha nadando con éste durante 15hrs. 15mins. El método de presentación más ingenioso por parte de Rolex fue pasear por todo el mundo su joya expuesta y sumergida en acuarios: se metió en el bolsillo para siempre a los más escépticos de la época.
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