Muchas mujeres lo llevan. Y muchas otras no lo llevan pero envidian el pie que calza un zapato de tacón de aguja o Stiletto, el calzado más femenino, sensual y poderoso de una mujer.
Un stiletto es una daga fina y estrecha, muy afilada, como una espada de caballero en miniatura. No sé si los diseñadores a los que se les otorga el mérito de reinventar el tacón de un zapato de salón en un tacón de aguja se inspiraron en alguna pero el Stiletto debe formar parte del armario de cualquier señora que se precie.
Parece ser que el nuevo diseño que iba a revolucionar la imagen de la mujer que lo lleva nació de la conjunción de ideas de tres grandes de la moda a finales de los años 40. Para entonces, Christian Dior preparaba la colección New Look que le llevaría a la fama definitiva.
Sus nuevas creaciones no encontraban un modelo de zapato femenino adecuado y acudió a los parisinos Roger Vivier y Charles Jourdan. El Stiletto, tal como lo conocemos hoy día, fue el resultado del encargo de Christian Dior: unos zapatos que elevaran a la mujer estilizando su figura. Y vaya si lo consiguieron.
Así es como Roger Vivier pasó a ser considerado el padrino del stiletto. Charles Jourdan esbozó la idea con un tacón de acero y madera en 1951, y Viver lo remató llevándolo a la fama en 1955 a través de las colecciones de Dior. Desde entonces, el tacón de aguja es el símbolo más inequívoco del glamour sexy femenino.
Aunque dicen que, al mismo tiempo, Salvatore Ferragamo también introdujo por su parte en Italia estos zapatos de 10 centímetros de altura en 1953. Sea como fuere, tanto italianos como franceses son unos maestros del calzado.
En Embelezzia | Stiletto de capricho de Roger Vivier, Roger Vivier Capsule Collection 'A princess to be queen' 2009/2010