Quizá no hayáis oído hablar nunca del escritor Stephen Fried, sin embargo, el mundo de la moda le debe mucho. La palabra "fashionista" - sinónimo de “it girl”, o de “fashion victim” -, es un neologismo que podría traducirse por “fanática de la moda".
Compuesta por la palabra “fashion” (moda en inglés), y por el sufijo –ista (para dotarla de un sentido extremo), esta palabra fue inventada por Stephen Fried en 1993, apareciendo publicada por primera vez en su libro Thing of Beauty: The Tragedy of Supermodel Gia (Edit. Pocket Books).
En una entrevista reciente publicada en Atlantique, Fried pide excusas por haber cambiado la lengua para siempre al inventar, hace ahora veinte años, “fashionista” - una palabra de lo más controvertida, que ha sido capaz de desencadenar entre un público no experto un terrorífico poder.
En la mencionada entrevista Stephen Fried se justifica diciendo que no existía un término específico para referirse a todas aquellas personas que gestionan las sesiones de fotos para las revistas o para campañas publicitarias, aunque en los créditos aparecían siempre los fotógrafos, redactoras de moda, directores artísticos, peluqueros, maquilladores, todos sus asistentes, las modelos, sus agencias, etc. ¡Todo un batallón de personas!
De donde la necesidad de acuñar la palabra “fashionista" cuya definición oficial es ahora la siguiente: "persona dedicada a la creación o promoción de la Haute Couture/devoto de la industria de la moda/persona que viste prendas de lujo". Desde entonces, lo cierto es que hemos asistido a la creación de toda una tromba de nuevas palabras acabadas en –ista.
Leyendo la noticia no puedo dejar de hacerme una reflexión que me gustaría compartir con vosotros lectores de Embelezzia. Yo no dudo de que, efectivamente, si lo dice Stephen Fried - que se habrá documentado seriamente para la elaboración de su libro -, no haya encontrado una palabra para designar la figura de un jefe de producción o de una estilista de moda. Menos mal que el español es un lenguaje muy rico, y tenemos términos para casi todo.
Claro que desde la acepción que le quiso dar Fried a lo que dicen que ahora significa el término, todo parecido con la realidad es pura coincidencia.
Porque, una cosa es trabajar en una redacción de moda, y ayudar a promocionar la Haute Couture - como hacen maravillosamente bien las Elvira Rigal, Bárbara Garralda o Silvia Montoliu de turno -, y otra es ir vestida todo el día de punta en blanco de Couture (que es como los entendidos llaman de verdad a la Haute Couture) cuando se está en la redacción, se trabaja en la realización de alguna producción o editorial de moda o se asiste a todas esas maratonianas presentaciones, que parecen ponerse de acuerdo para que se celebren todas el mismo día. ¡Eso sólo suelen hacerlo las ego-bloggers con posibles y Carrie Bradshaw!
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