Este impresionante edificio es la fachada de The Ivy en Londres, toda una institución en la capital británica. The Ivy es más que un restaurante de lujo y The Club at The Ivy es un sinónimo de club privado de renombre internacional.
La exclusividad y la privacidad los definen mejor que el lujo. La historia empezó cuando dos amigos, Abel Glandellini y Mario Gallati, abrieron juntos un café en 1917. Punto de encuentro entre los amantes del teatro, evolucionó hasta abrir The Ivy Restaurant y actualmente presenta sus horarios de servicio pre y post teatro, ganándose así la asiduidad de los clientes con los mismos gustos de ocio que en sus inicios.
Si quieres los programas de los distintos teatros de Londres, en su web oficial tienen la información actualizada para sus clientes que siguen acudiendo a The Ivy antes o después de la obra elegida. Existe un lugar aun más exclusivo: The Club at The Ivy, en la tercera planta.
The Club at The Ivy se abrió el 8 de septiembre de 2008 y es un club privado muy selectivo. Para ser miembro del club se necesita un padrino, una invitación de alguien que sea ya miembro. Se toman muy en serio la privacidad de sus clientes y podéis imaginaros que son personas importantes en el mundo de las finanzas, la política, deportistas de élite o presentadoras de cadenas de televisión a nivel nacional e internacional. Actores, actrices, periodistas …
Por gran fortuna, también para editoras de blogs de lujo como una servidora. Estuve en The Ivy el año pasado durante una visita en locales muy exclusivos de Londres y tengo un magnífico recuerdo de esa velada.
Entrar en el Ivy Club es cambiar de mundo, dejar atrás el ajetreo mundano y sumergirte en un ambiente sofisticado, tranquilo y silencioso donde el cliente es la prioridad. Existe un piano-bar, un sushi bar, una biblioteca y el comedor. El espacio del comedor te recibe con una preciosa y brillante barra de bar surtida de las botellas más exclusivas, todo listo para un cocktail excepcional o una copa de vino o champagne mientras esperas ser acompañado a tu mesa.
No es un comedor de un solo ambiente sino que está estructurado en zonas privadas y semi-privadas para que los comensales, acudan en pareja o en grupo como nosotros. Parece que no sea muy grande aunque en realidad es por la sinuosa distribución de espacios, muy acogedor. Incluso puedes pedir que cierren una con puertas correderas.
El servicio es de máxima profesionalidad (presente y discreto), los platos suculentos y la decoración suntuosa y elegante. Mucha madera, alfombras fabulosas, luces indirectas y obras de arte muy interesantes decorando las paredes. Lo más característico son las ventanas con vidrio de colores, una preciosidad.
Me costó volver a bajar la fantástica escalera de caracol cuando nos fuimos, hubiera querido pasar la noche husmeando todos los rincones de este club elitista, para mí una verdadera experiencia de lujo.
Fotos| gumtree.com
Más información | The Club at The Ivy
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