Fue un privilegio pasar una semana en este excepcional lugar de relax o deporte, según el capricho del momento. Anteriormente gestionado por el prestigioso management suizo Mövenpick, actualmente Maritim Hotels está al frente de esta ciudad de vacaciones en Sharm-el-Sheikh en Egipto donde el más mínimo detalle cuenta y donde el huésped es el rey, y así te hacen sentir.
Desde el vestíbulo empieza la pequeña avenida, espina dorsal del resort que acaba en la playa privada de Jolie Ville, donde un coche eléctrico como los del campo de golf te lleva a tu bungalow privado, la mayoría situados a ambos lados de la avenida. La caminata en pleno sol se hace larga pero la iluminación y los jardines hacen del paseo nocturno una delicia con el final feliz de un baño a la luz de la luna en la piscina, permanentemente al servicio del cliente.
Los bungalows son suites con todo lujo de comodidades y terraza privada. El servicio es profesionalmente discreto y eficaz: te encuentras hasta el reloj olvidado en la mesilla a resguardo en una caja en la mesa-despacho. El silencio y la quietud son de monasterio para asegurar la paz y el descanso en la zona residencial. El personal del resort se traslada en bicicleta sigilosamente hasta las zonas lúdicas y restaurantes cerca de la playa.
Ahí se encuentra el centro activo de Jolie Ville: el desayuno buffet libre completísimo, el punto internet, zonas de relax al sol o en el interior, piscina con un espacio para niños y bar, tiendas y servivios de belleza y masajes, el acceso al mar y al centro de la cuidad, resorts vecinos, cafés árabes, zoco, discotecas y toda la vida nocturna que puedas aguantar. El Casino está ubicado en el mismo resort.
Para los más inquietos hay deportes marítimos, submarinismo y excursiones fácilmente contratables en el resort. No hace falta saber bucear mucho para admirar los arrecifes de coral de la bahía Naama del mítico Mar Rojo: sólo debes meter la cabeza bajo el agua, verlos y tocarlos. Fue una experiencia surrealista con la única excepción de la quemadura de sol que sufrí por no aplicarme la protección solar.
Lo que me hizo desconectar más no fue sólo el ambiente lúdico y desconectado de la realidad que se vive en Jolie Ville. La hospitalidad árabe no en vano es bien conocida pero merecida: te hacen sentir extraordinariamente especial, siempre pendientes del mínimo deseo del huésped y con esa eterna sonrisa y buen humor que les caracteriza. No dejes de ver la galería de fotos y la web del resort.