La moda, como cualquier mercado, se rige en función de la oferta y la demanda. Las firmas crean expectativa con prendas alucinantes que los consumidores corren a comprar antes de que estén out of stock. Así se genera la sensación de exclusividad. Pero a veces producen de más y no logran darle salida. ¿Qué hacer con ella para que no inunde las tiendas y pierda su lujo adjunto? Parece ser que en Burberry la queman.
Según The Times, la firma británica destruyó más de 31 millones de euros en productos excedentes solo en 2017. No importa que sea una marca cara, eso son muchísimos trenchs y muchísimas prendas de cuadros. Esta cifra por sí sola ya nos resulta escandalosa, pero es que hay más. Porque sus "desperdicios" han aumentado en el 50% en tan solo dos años, "siendo seis veces más altos que en 2013", según el periódico inglés.
Puesto en palabras más sencillas (y horrorosas para cualquier amante de la firma): "más de 100 millones de euros en prendas y accesorios Burberry han sido destruidos en los últimos 5 años." La tendencia está clara y la podemos observar en sus resultados de 2018: la firma ha entrado en retroceso de beneficios y necesita replantearse sus estrategias.
Si China consume se reducirán las pérdidas
Esto no lo decimos nosotros, lo dicen los propios analistas de Burberry. Ellos ya han anunciado un plan para bajar los precios un 4% en China. Porque consideran que el aumento de sus precios en el mercado asiático ha impedido la salida del stock y es, en parte, responsable de este exceso de la oferta que ha habido que quemar. La explicación oficial es, sin embargo, que el descenso de los impuestos de importación permite a la marca bajar los precios. Sea como fuere, que Burberry se abarate en Asia le permitirá más fluidez a la hora de sacar stock.
No es una práctica exclusiva de Burberry
Aunque nos parezca una brutalidad imaginarnos una pira de bolsos, zapatos y trenchs ardiendo, tenemos que recordar que esta es una práctica extendida en la industria textil. H&M quemó el año pasado 15 toneladas de excedentes, a pesar de que la compañía ha afirmado siempre que usa estos productos para generar electricidad.
Richemont, la empresa a la que pertenecen firmas como Cartier o Montblanc, destruyó en los dos pasados años más de 447 millones de euros en relojes que habían recomprado previamente a sus vendedores, según The Guardian. Nike admitió que destruían deportivas antes de tirarlas a la basura para que no pudieran cogerlas; y algo parecido afirmó un trabajador de Urban Outfitters. La idea es siempre la misma: destruir el producto.
¿Cuáles son las alternativas?
No podemos creer que no exista un plan B para deshacerse del stock. Comprendemos la necesidad de sacarlo del mercado para que no se inunde con productos y la firma pierda prestigio, expectación y deseo. Pero esas prendas ya han sido producidas, con su consecuente uso de energía y mano de obra.
Algunas marcas del sector, como Zara o H&M, recogen prendas ya usadas en sus propias tiendas y las reciclan. Pero no hablamos de segunda mano, sino de oferta excesiva. ¿Cuáles son las opciones? Existen, Temperley London lo afirma. La compañía favorita de la duquesa de Cambridge afirma que "o los dona a la asociación Women to Women o los vende con descuentos en outlets de la marca."
Fotos | Burberry.
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