Cual Twiggy viajando en la máquina del tiempo desde los años 60 hasta nuestros días, Kling recupera el espíritu de libertad, transgresión y alegría de vivir (puede que en ocasiones gracias al LSD) de la década pop por excelencia. Colores vivos, cuellos bebé y mil vestidos para encarar el otoño con buen humor.
Los vestidos y los tops se decoran con topos, lazadas, botones grandes, y volantes para olvidar el aburrimiento. La verdad es que las tendencias de la temporada casan a la perfección con el estilo de esta marca, que siempre apuesta por lo naïf.
Recuperamos el punto y los abrigos con ilusión si resultan ser tan bonitos como estos que nos propone Kling. Añadimos unos cuantos accesorios alegres, unos botines de cordones y ya tenemos el estilismo perfecto.
Me han encantado las capas en todos los colores que puedas imaginar, y las medias con estampados para rematar el look con vestidos lisos. Como decía aquel éxito de los 80 Y yo caí, enamorado de la moda juvenil, enamorado de ti,...
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