Dos vuelos, uno de ellos en avión de hélice, y unos pocos kilómetros en coche me separaban de la región de Le Marque, el centro de Italia. No es que sea muy amigo de las escalas y mucho menos de los aviones pequeños pero la magia de la fabricación de productos de lujo me hizo superar esos nervios. Las regiones bañadas por el mar Adriático tienen algo especial, esa tranquilidad que en ocasiones se interrumpe por los vientos bora o siroco. Esa fuerza que también se intuye en Tod's, empresa perteneciente a uno de los grupos de moda e lujo más importantes del mundo presidido por Diego della Valle.
El arte de lo exquisito o el valor de las cosas.
El arte de lo exquisito o el valor de las cosas. Son muchas las veces que nos escandalizamos al ver el precio de un articulo de moda, muchas veces las que pensamos que nada es lo que parece. No quito la razón a cada uno de esos pensamientos pero conocer cómo se hacen las cosas puede dar una visión mucho más acertada de la realidad que nos rodea.
Después de superar esos dos vuelos con más risas que nervios y de situarme en Ancona lo único que me rodeó durante la tarde fue la gastronomía italiana y los paisajes de ensueño. Madrugar no es tanto sacrificio durante un viaje y sobre todo si la fabricación de artículos de piel te emociona e interesa tanto como a mí.
Las grandes cosas están llenas de pequeños detalles.
Me monté en una van, junto con los responsables de la firma en España e Italia, para llegar a la fábrica, el corazón del grupo de moda. En este transcurso, no demasiado largo, me di cuenta de que las grandes cosas están llenas de pequeños detalles. Desde las gafas de sol del conductor hasta el fondo de pantalla de su móvil iban customizado con el logo de Tod's, está claro que teniendo un producto de tanta calidad no hay que desperdiciar ni una sola oportunidad para lucirlo.
En pocos minutos estaba entrando por las grandes puertas de la fábrica, por llamarlo de alguna manera. Perfectamente podríamos decir que se trata de un gran museo de arte donde se trabaja o de las oficinas centrales del grupo, pero el aspecto de fábrica al uso no es tan sencillo encontrarlo. Mucha luz, orden y, desde luego, lujo, esto es lo que sentí cuando comenzó la visita guiada por todas las instalaciones que allí se encuentran.
Los técnicos sacan los patrones con la ayuda de programas informáticos, más de 40 piezas diferentes para crear sus zapatos más famosos, los Gommino.
El proceso de creación se inicia con fotos de referencia, de donde los diseñadores toman la inspiración para trazar, sobre papeles y a mano, los primeros bocetos de cualquiera de los productos que allí se fabrican. Tras esto comienza a funcionar "la maquinaria de reloj" de manera casi perfecta. Los técnicos sacan los patrones con la ayuda de programas informáticos, más de 40 piezas diferentes para crear sus zapatos más famosos, los Gommino. Pero nada de esto pasa al artesano sin un nuevo OK por parte del diseñador, quien tiene la última palabra.
Entre sala y sala me voy encontrando cuadros con las diferentes personalidades que han pisado en alguna ocasión sobre la famosa suela de puntos de Tod's, desde nuestro rey Juan Carlos hasta Carla Bruni pasando por una de las modelos más actuales como Rosie Huntington-Whiteley. La firma ha llegado a serlo todo pero me sorprendió descubrir que los inicios fueron en una pequeña silla de madera, sin ninguna pretensión. Hoy en día el taller que tienen destinado a fabricar los samples (prototipos para venta o showroom de prensa en todo el mundo) es casi del mismo tamaño que muchas fábricas importantes de Ubrique, la región española donde más bolsos se fabrican.
Pero también me sorprende descubrir que los procesos son muy similares a los de cualquier fábrica de zapatos, pero con la excelencia y la responsabilidad de realizar un producto de lujo. Los zapatos Gommino se cosen uno a uno completamente a mano, las hormas se retocan por un experto ebanista, los responsables de calidad rechazan cualquier marca en la piel por natural que sea y los cortadores tienen la precisión de los mejores. Todo esto hace que puedan tener hoy en día una de las marcas de lujo con más importancia en el mundo.
En una de las zonas de la fábrica se almacenan 32 millones de pies de la mejor piel.
Sim embargo, el plato fuerte lo dejaron para el final. La zona donde se encuentran todas las pieles tiene tamaños desproporcionados, conservar 32 millones de pies (medida que se utiliza en la piel) requieren pasillos grandes y altos, algo así como un IKEA pero lleno de pieles de la mejor calidad. Pero no se puede pasar de largo la sala de las pieles exóticas, cientos de cocodrilos acabados en cualquier color y textura y otras tantas pieles de pitón tratadas de todas las formas posibles que se encuentran en el mercado.
Todo esto en un lugar idílico, rodeado de grandes extensiones verdes con olivos muy cuidados donde el trabajo y la felicidad se tocan de la mano. Gimnasio gratuito para todos los trabajadores, una zona con guardería en la propia fábrica y un restaurante con comida equilibrada por muy pocos euros. El cariño y la dedicación es una de las cosas que hacen posible crear un producto de lujo y para eso los trabajadores tienen que sentirse como en casa.
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