Ir a una joyería y ver un reloj made in Switzerland era, hasta ahora, signo de que la pieza en cuestión era un gran reloj, de la misma manera que adquirir una prenda made in France, donde otra cosa no, pero estilo, gusto y savoir faire tienen un rato. Pero todo esto se ha acabado. Ya no hay made in Italy que valga entre las firmas marroquineras más importantes, adiós al sello “realizado en”, hola a la deslocalización de empresas. Hola querida globalización.
La globalización y su impacto en el made in
Según las regulaciones y normas establecidas por la Unión Europea, una prenda u accesorio adquirirán el sello “made in” si la firma ha realizado un porcentaje de su proceso creativo en dicho país. Es decir, los coches alemanes no tienen por qué estar realizados en Alemania, algo así como comprar un jamón pata negra con sello español, pero cuya materia prima haya sido criada a caballo entre España y la fría Rusia.
La globalización y la apertura a los nuevos mercados, así como los bajos precios de la mano de obra de muchos países y el consiguiente traslado de sus competidores a estos lugares han llevado a miles de empresas a caer en la tan beneficiosa y peligrosa deslocalización. Las cadenas productivas de las grandes firmas ya no están acotadas en un determinado país, ni por supuesto, lo que rezan muchas etiquetas es cierto en su totalidad.
Las firmas de moda y la falta de exactitud en los orígenes de sus prendas
Diseñadas en Francia pero producidas en gran parte en China, son muchas las prendas que rezan haber sido creadas dentro del país francófono con el consiguiente aumento del valor final del producto, y sin embargo, la realidad es otra. Realizar los acabados o los controles de calidad dentro del país da a las empresas el pase necesario para firmar sus productos con el nombre del lugar, aunque normalmente su confección se haya llevado a cabo a miles de kilómetros.
Ejemplos de ello son algunas firmas de moda como Burberry, que si bien ensalza su made in the UK y made in Italy para Burberry Prorsum, su firma mid cost, Brit, se lleva el sello “imported”. Algo similar ocurre con Giorgio Armani, cuyos diseños de la primera línea están abanderados con el made in Italy, su línea más asequible, Armani también admite ser importada. Exactamente igual que Ralph Lauren Collection y Polo Ralph Lauren.
Pero aún hay más, Louis Vuitton, Chanel, Dior o Dolce & Gabbana pertenecen a ese grupo en los que la procedencia de sus diseños no se encuentra concretada en la web de la firma.
¿Adiós al sello made in?
Lejos queda aquel “made in Prada” de la firma italiana para evitar expresar la procedencia de sus productos, aunque la situación actual de muchas firmas tampoco es mucho más precisa. ¿Estamos ante la caída del “made in”?, ¿o por el contrario seguirán estas firmas manteniendo sus poco rigurosos sellos?
Fotos | Cordon Press
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