Indisociable del estilo Chanel, elemento clave de su vocabulario, el tweed encuentra cada nueva temporada un lugar de excepción en las colecciones de Karl Lagerfeld. Reinventado y metamorfoseado, es un lienzo donde poder expresarse sin límites desde que entró a formar parte del vestuario Chanel en el año 1924. Gabrielle Chanel fue la primera en apostar por esta tela escocesa rugosa, que utilizó para confeccionar chaquetas y tailleurs que se han ido reinventando desde los años 50.
Perpetuando el estilo de la firma, Karl Lagerfeld ha ido alargando cada temporada un poquito más el territorio del tweed en cada nueva colección para la firma añadiéndolo a sus vestidos de fiesta, a los trajes de novia, tapizando con él bolsos y zapatos. Bordado, tejido, adornado con pailletes, pintado, roto, deshilachado, combinado con algodón, seda, cuero, organza y hasta con plástico, este tejido que formaba parte del vestuario masculino en sus orígenes, ha sido capaz de plegarse a todas las fantasías del Káiser.
La colección prêt-à-porter para la próxima temporada estival explora, una vez más, todas las facetas del tweed proporcionándole un toque moderno y elegante. En aproximadamente una veintena de prendas el tweed ha servido para volver a confeccionar abrigos, trajes, vestidos, y pantalones de líneas fluidas.
El bolso 11.12 de Chanel también ha sido revisitado, y los nuevos bolsos en bandolera han servido para completar este guardarropa que Karl Lagerfeld ha querido que resulte a un mismo tiempo lleno de alegría, flirty y con un toque intelectual.
Pintado a mano, el tweed ha sido mezclado con trenzas y con bandas de muselina, lazos de encaje lacados con técnicas revolucionarias llevadas a cabo en el taller del Atelier Lesage y que se han utilizado para confeccionar trajes, faldas, chaquetas y abrigos. Ligeros como la más liviana de las telas, estos tweeds tejidos por Lesage han sido creados para que se ajusten a cada uno de los movimientos del cuerpo, apoyándose en la visión de Gabrielle Chanel y en su deseo de libertad, comodidad y elegancia.
El tweed también ha sido forrado con crêpe china pintada superpuesta en chaquetas y abrigos que, de esta forma, se convierten en reversibles. Un tweed renovado y reinventado para que continúe enriqueciendo el vocabulario estilístico de Chanel, en una colección que podremos descubrir en las boutiques de la marca a partir del próximo mes de marzo.
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