Isabel Marant para H&M: Veni, vidi, vici, ¿alguien lo dudaba?

Gente esperando fuera de la tienda, más gente dentro, se abre la valla y las prendas vuelan de las perchas en los burros y las estanterías se quedan vacías. Todo en 10 minutos. Antes de pasar ya tenías que tener claro el objetivo porque sino alguien te lo podía haber quitado. La colección de Isabel Marant para H&M voló. Prendas agotadas en apenas minutos, bolsas llenas y el éxito esperado se confirmó al pestañear.

Muchos compradores pero organizados

En Madrid dos tiendas vivían frente a frente el esperado lanzamiento. Con tan solo 11 establecimientos con la colección repartidos por España la Gran Vía veía a Isabel Marant por duplicado en los números 32 y el 37. La fila en los antiguos cines se inauguró con una pareja que llegó a las 12:00 de la noche del día anterior, según una persona de seguridad, mientras que desde H&M sitúan a los primeros clientes sobre las 6 de la mañana. Cuando se abrieron las puertas a las 10 de la mañana la cola era abultada pero tampoco había una multitud de personas esperando. Ya a las 11 no quedaba casi nadie fuera esperando a entrar. Yo me imaginaba aún más gente. Por ejemplo, una chica me contaba que había llegado a las 10:00 y a las 10:40 (en el tercer turno del día) había logrado entrar.

Desde H&M siguen sin querer repetir la experiencia de Versace. La llamada "jaula" que mencionan desde la marca es un corner que se establece dentro de la tienda. Un espacio bastante amplio en el que iban entrando grupos de personas que estaban atendidas por numerosos dependientes. Toda ayuda era poca, incluso algunos se dedicaban a cuidar a los bebés que venían en su respectivo carrito mientras la madre buscaba su prenda soñada. Nada de peleas, nada de tiras y aflojas entre los clientes como hace años un dependiente aún recuerda con la policía entre medias.

¿Quedan las botas de flecos? No

No había duda de cuál era la prenda estrella de la colección, la que primero iba a agotarse. Las botas de flecos para mujer no duraron ni un suspiro. Muchas de las compradores eran lo que buscaban y por más que preguntaban la respuesta era negativa, al igual que la chaqueta con detalles bordados tan característica de Marant. En uno de los turnos que entró a la "jaula" solo quedaba una chaqueta, los reflejos y la velocidad que demostró la primera mujer al hacerse con esa prenda fueron dignos de medalla de oro. La siguiente se quedó descompuesta y sin chaqueta.

En H&M querían acercar la colección de Isabel Marant al gran público, para ello cuidaron todos los detalles. Incluso en algunas prendas todas las lentejuelas y aplicaciones fueron bordadas a mano, como en los leggings de fiesta o las famosas chaquetas. Un detalle que llama la atención en una empresa tan masiva y con grandes cadenas de producción. Los precios podían haber sido más caros de lo que fueron, siendo aún más elevados respecto a la media general de H&M, claro. Esto no impidió que muchos de los clientes llenasen sus bolsas con alegría.

Silencio en la parte de hombre (pero no en la de niño)

El público que se dio cita para comprar fue bastante joven, con puntuales excepciones. El horario (y el tipo de compra) limitaba bastante. Mientras que la colección de mujer veía cómo se agotaba en cada nuevo turno las pocas prendas que los dependientes reponían desde el almacén (este goteo estaba pensado para lograr que todos pudiesen tener algo de la colección, en la medida de lo posible), el apartado de hombre estaba desierto.

Solo una planta más abajo el corner masculino, la primera vez que Isabel Marant se lanza a esta aventura, vivía tranquilamente en silencio. Ninguna "jaula" acotaba la zona y el de seguridad respiraba tranquilo. La dependienta me decía que solo se habían agotado tres prendas a las 10:30 de la mañana mientras que arriba el balance era justo al contrario, tres eran las que duraban (sobre todo los vestidos de fiesta, ya que la gente buscaba lo más ponible para el día a día).

La versatilidad buscada por la diseñadora francesa convertían a la colección de hombre y la de niño en dos alternativas para quienes aún no tuviesen su objeto codiciado. Es más, las botas de flecos en niño también volaron con la misma velocidad que en mujer. A las 11:16, justo en la otra acera de Gran Vía, ya que en los antiguos cines no hay ropa de niño, el stock que quedaba disponible era casi un suspiro. De nuevo sin "jaulas" ni nada acotado, con los dependientes reduciendo la zona reservada a la colección porque ya no tenían casi nada fuera. Muchas chicas aprovecharon el tallaje para hacerse con la de niño.

Los trabajadores de H&M se mostraban muy contentos en la tienda por ver sus expectativas cumplidas. La colección de Isabel Marant llegó con más stock que el resto de lanzamientos, previendo esto mismo y más después de ver que ayer en 15 minutos se agotó tanto en la preventa para invitados por la marca como para quienes habían conseguido invitación a través de Vogue.

¿Cuál será el siguiente movimiento de H&M? Hasta el momento cada año iban intercalando un diseñador más masivo con otro más minoritario. Desde H&M tienen claro que quieren seguir sorprendiendo así que no aseguran que el siguiente lanzamiento sea algo opuesto a Marant. Por el momento ellos no saben nada. Hoy era día de disfrutar de todo el trabajo hecho.

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Fotos | Natxo Sobrado (perdonad por la calidad, al ser hechas desde el móvil)

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