Isak Andic estuvo a punto de perderlo todo por culpa de su hijo mayor: 103 millones de euros menos en dos años

La historia de su éxito y de cómo su hijo Jonathan estuvo a punto de destrozar Mango, obligándole a volver de su jubilación

Isak Andic, fundador de la icónica firma de moda Mango, falleció el 14 de diciembre a los 71 años en un trágico accidente de montaña cerca de Barcelona. El empresario de origen turco construyó desde cero uno de los mayores imperios textiles del mundo. Con un patrimonio de 4.500 millones de euros y un puesto privilegiado en la lista Forbes (el quinto entre las mayores fortunas de España), Andic supo anticiparse a las tendencias y llevar Mango a más de 115 países. Pero no todo ha sido bonito y sus hijos no podrán seguir su legado.

Su éxito no está exento de altibajos, especialmente en lo que respecta a su hijo mayor. Si Isak Andic ha pasado a la historia como un gran y querido empresario ha sido, en su mayor parte, por su decisión de regresar a Mango tras jubilarse, para poder salvar un barco que se hundía. ¿La culpa? Las fuentes oficiales afirmaron que se sacrificaron beneficios en pro del crecimiento, pero las oficiosas señalan a su hijo mayor Jonathan.

Jonathan Andic, la maldición de Mango

Jonathan es el mayor de los tres hijos de Isak Andic. Formado en comunicación audiovisual y finanzas, empezó su carrera en Mango en 2005 con éxitos puntuales, como el lanzamiento de Mango Man. En 2013, Isak le cedió las riendas de su compañía como vicepresidente, compartiendo puesto con el empresario Daniel López. Este relevo generacional prometía grandes cosas, pero se convirtió en un durísimo golpe para Mango.

Las decisiones que tomó el nuevo jefe fueron, cuanto menos, controvertidas. Bajó los precios de sus prendas para competir con otras firmas como H&M y Primark, en vez de mantenerse al nivel de Zara. Reformó las tiendas, apostando fuerte por la tecnología y por la venta online. No salió bien: en 2015 los beneficios cayeron un 96%, las franquicias se resintieron y los márgenes de beneficio se desplomaron. Ojo, que pasaron de registrar 107 millones de euros de beneficios en 2015 a 4 millones en 2016.

La situación era tan crítica que Isak Andic tuvo que regresar y tomar los mandos en 2016, acompañado de su hermano y confundador de la firma Nahman, que también se había jubilado. Ambos restructuraron la compañía, cerraron tiendas, sanearon cuentas y reorganizaron departamentos. Las voces críticas se oyeron altas y claras: Jonathan, lejos de estar preparado, ocupaba el puesto por ser “el hijo del fundador”.

Finalmente, en 2020, Isak decidió dar un paso definitivo: dejó la gestión en manos de Toni Ruiz, actual consejero delegado. El intento frustrado de relevo generacional no manchó el legado de Isak Andic. Al contrario, supo tomar decisiones difíciles, devolver la estabilidad a Mango y garantizar su futuro.

Hoy, sus tres hijos, Jonathan, Judith y Sarah, gestionan un patrimonio familiar que supera los 1.200 millones de euros. Mientras Jonathan se mantiene al frente de Mango Man, el resto de la familia ha quedado fuera de la firma, pero no de una herencia de 4.500 millones de euros que asegura su vida para siempre.

Fotos | Mango.

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