Alucinada me he quedado cuando he visto la nueva colección de bolsos de Bimba y Lola, donde los protagonistas son los logos que decoran todos los shopping bags, los bolsos bandoleras, los totes y los bowling bags. ¿Pero presumir de logo no era una horterada? ¿No te hace una colección repleta de logos "carne de cañón" para el top manta? Desde luego, la historia de la moda y su relación de amor-odio con los logos ha dado para múltiples interpretaciones.
Presumir de logo como símbolo de exclusividad
En un principio, el logo era un símbolo de exclusividad. Probablemente, el primer monograma que se hizo mundialmente reconocido en la industria del lujo fue el de Louis Vuitton y sus maletas, que luego se extendió a todos sus bolsos y resto de marroquinería. De hecho, esas colecciones se llaman Monogram y han sido revisadas de mil maneras diferentes, incluso artistas como Takashi Murakami en la época en la que Marc Jacobs era director creativo de la firma han reinterpretado el monograma de la firma francesa.

Hasta Nicolás Guesquière ha hecho un guiño al famoso logo en su última colección para Louis Vuitton primavera-verano 2016. Las clientas asiáticas seguro que se lo agradecen.

Pero Louis Vuitton no es la única, hay muchas marcas que hicieron de su logo su principal activo: las dos Fs de Fendi decorando los bolsos, las dos Gs de Gucci en los cinturones de la firma, la CK de los calzoncillos de Calvin Klein asomando por encima del pantalón, y muchos ejemplos más que eran lo común hace años.
Logos superventas
Hubo una época en la que presumir de logo en tus bolsos era lo habitual, todos recordamos a Paris Hilton luciendo lujo y marcas a diestro y siniestro. Como si gastarte un dineral en un bolso o en un pañuelo sirviera por lo menos para que todo el mundo se enterara de que podías permitírtelo. Una horterada perfecta para parecer un nuevo rico, vamos.

Pero los logos consiguen ser muchas veces superventas. El cinturón de Moschino con todas sus letras en dorado es un bien realmente preciado por fashionistas de todo el mundo, y suele ser lo más buscado en tiendas vintage. Hasta marcas que huyen del logo como Céline o Yves Saint Laurent han lanzado camisetas blancas con el nombre de la firma bien visible ¿Y adivináis qué? Se han vendido como rosquillas.

Huir de los logos como símbolo de lujo refinado
Muchas firmas tienen como seña de identidad logos poco reconocibles, porque quieren que la calidad de sus productos y sus diseños exclusivos hablen por sí solos.
Tras unas décadas 80 y 90 en las que todos presumían de logos, las copias masivas que venían de Oriente hicieron que los logos se devaluaran, ¿por qué te vas a gastar 1.000, 2.000 o 3.000 euros en algo que parece de mercadillo. Nadie quería algo tan ostentoso, y la moda ocultó logos y marcas. Hoy en día, se ha luchado mucho contra la falsificación, y muchas firmas tienen como seña de identidad logos ocultos o poco reconocibles, porque quieren que la extremada calidad de sus productos y sus diseños exclusivos hablen por sí solos y no necesiten ser identificados mediante una chapa.
Presumir de logo como ironía
Pero tras unos años en los que los logos eran "de mal gusto", hemos visto un resurgir de la logomanía en el caso de algunas marcas. Y lo hacen con un punto de ironía, que siempre es bienvenido por ser un detalle muy divertido. Moschino y Jeremy Scott se ríen de todo, y las múltiples reinterpretaciones del decaído logo de los últimos años están haciendo que las más fashionistas se obsesionen con la marca, con el consiguiente aumento de ventas y de visibilidad en los medios.

Es una estrategia que conoce bien Karl Lagerfeld. Él colocó las dos CCs de Chanel en los bolsos clásicos acolchados y ahora está por todo tipo de complementos, desde guantes o gafas de sol a bicicletas o esquís.

El movimiento de Bimba y Lola
Seguramente, en Bimba y Lola estarán cansados de ver sus bolsos imitados a la venta en las mantas de la calle. Está colección tiene unos precios sensiblemente inferiores a los habituales de la firma española (los precios van desde los 138 euros a los 89 euros de los modelos más pequeños), lo que parece un movimiento defensivo de la marca. Todas aquellas que se sienten tentadas de comprar un bolso en el "top manta" porque les gusta la firma pero no pueden permitírsela a sus precios habituales, tienen ahora la oportunidad de comprar un bolso verdadero de Bimba y Lola y presumir de él.

El problema de unos logos tan visibles es que inmediatamente tendemos a la sospecha ¿serán imitaciones?, y que las copias serán mucho más fáciles de hacer. Lucir un logo es un arma de doble filo, porque puede servir para aparentar, o simplemente, porque te gusta disfrutar del lujo y de la marca, o puede ser hasta de mal gusto si el logo es demasiado obvio. ¿Qué opináis? ¿Estáis a favor o en contra de los logos?
Foto | Necklace of pearls, The Blonde Salad, Cordón Press
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7 comentarios
ianeariss
A mí me parecen una horterada, algo pequeño, como la etiqueta roja de los levi's, vale, ¿pero ser un anuncio andante y además pagar por ello? No, gracias.
crucecilla11
Parecen de propaganda así que deberían de regalarlos en las tiendas, son carne de "manta", mil veces clonados en fin que NO!
Goggh
Ya imagino en los chinos el bolso de BIMBA Y LOLI
celestevanmartin
Lo dicho, para las marcas es marketing puro y duro, nos convierte en anuncios andantes. No me gustan nada.
nyeram
Son carne de top manta y eso que cambiaron el símbolo del perro por esto mismo, al menos eso es lo que yo leí, y me parece un error, como si se hubieran dejado vencer aún habiendo conseguido un reconocimiento consistente con él, mucho más bonito a mi gusto. Este nuevo símbolo es más vulgar y copiable.
kara
Supongo que todo depende del logo y de la personalidad, el estilo... y por supuesto, las ganas que cada cual tenga de gastarse ese dinero en un bolso. Tampoco encuentro lógico decir un no rotundo. A mí me siguen gustando los clásicos de Louis Vuitton, de Loewe, de Chanel ... y no tanto los masificados Bimba y Lola, Michael Kors, etc. Pero también invertiría en un bolso de una firma de calidad, donde su nombre no sea lo más relevante del diseño (como Acosta, por ejemplo).