Moschino es siempre una firma que busca sorprender. Una burla a la moda en su sentido más sano con etiquetas como "Fashion Victim" en algunos de sus productos hicieron famosa a la firma por allá de los noventas y hasta ahora no ha dejado de maravillarnos con su versatilidad y travesuras, que finalmente siempre guarda una línea.
Así que, ésta colección de caballero presentada en Milán no es la excepción. Normalmente, les mostraríamos una selección de los atuendos que más nos han gustado, pero ahora tengo la oportunidad de mostrarles el desfile completo y que vean no sólo las imágenes, sino el movimiento y la actitud que destila el hombre Moschino.
Como entrada es una colección mucho más sobria de lo que estamos acostumbrados a ver en la firma italiana. Sin embargo, para los colores que predominaron, negro, gris y marrón oscuro, siempre hay un toque de color y diversión. Sino, fíjense en el modelo ataviado con un traje de dos piezas negro, jersey de cuello de tortuga que a primera vista parecería más un trabajo proveniente de una colección de Armani o de Hugo Boss. Pero si se fijan bien, el toque de los zapatos azul eléctrico y en la camelia gris en la solapa es un detalle auténtico de Moschino.
Los grises no son opacos, sino metalizados, con detalles en pañuelos que gritan "Milán" por todos lados. Un hombre sobrio y elegante que no teme usar unos guantes morados con un abrigo gris cruzado en lana virgen ni una chaqueta blanca con unos pantalones de cuero negros o unos zapatos bicolores en blanco y negro al más puro estilo de Frank Sinatra.
Los estampados hacen su aparición combinados con piezas más sobrias y ready-to-wear que marcan un hombre muy divertido que se atreve con todo y que no tiene miedo de mostrar su seguridad llevando algo que podría ser considerado como ridículo.