Las grandes marcas también tiene su propia línea de zapatillas, sólo hay que ver los últimos diseños de Dolce & Gabanna, de Pierre Gardy (por las cuales Jose Luis Coloma siente un gran aprecio), e incluso, de Samsonite, los cuales son asombrosos y tentadores.
Prada no podía faltar este año a la presentación de una nueva línea de sus zapatos, en esta ocasión son las zapatillas las que se renuevan para modernizarlas aún más. Por suerte, la renovación no implica un cambio hacia colores muy estridentes.
Al contrario que mi compañero, prefiero las zapatillas lo más elegantes posibles, entendiendo esto como una preferencia por diseños más clásicos y similares al de los zapatos. Yo no podría calzarme un par de los que ahora están de moda, no me llaman la atención sus coloridos diseños.
Por eso donde estén los nuevos modelos de Prada que se quiten otros en mi lista de preferidos. El único impedimento de que no estén entre mis pares para vestir son su precio: rondando el intervalo de los 350 € y los 500 €, cantidad que ahora mismo prefiero destinar en otra ropa antes que en estas bonitas zapatillas.
Aún así, mejor verlas y quedarse con sus grandes diseños. Prada apuesta por dos en esencia: la línea clásica de sport y la línea más deportiva, donde parece volcarse en gente que las usa para hacer deporte (sí, luego se usarán para vestir pero allá cada uno con sus gustos).
Entre mis favoritas destacan las siguientes. La marrón de la izquierda, con una bonita combinación entre naranja, blanco y el propio marrón oscuro. Lo único que quizás pueda fallarla es el acabado de la puntera, no muy apto para vestir. Por otro lado, dentro de una línea específica denominada Montecarlo Vintage, Prada apuesta por un modelo que recuerda al de los pilotos de fórmula uno, pero con una piel en color veige que es una gozada.
También, en el mismo diseño que la anterior, está la versión en negro, quizás más elegante con tonos más oscuros pero con una punta que resalta aún más y que no la favorece. Mientras que el diseño de la izquierda se parece a la misma colección que la beige anteriormente nombrada, pero no es.
Existen otros modelos que son más sencillos y simples, como los de a continuación. Toda línea de zapatillas tiene su línea clásica donde el color blanco predomina y, en esta ocasión, la representación del logo no desentona tanto en las rayas con el resto del calzado. Un color gris y un marrón claro, son los que predominan, ambos suaves.
Las anteriores son complementadas con dos diseños entre lo deportivo y de vestir, aunque de forma sport. Los siguientes pares destacan en el llamativo diseño mezclado con lo tradicional (no dejan de ser las blancas de toda la vida). Mi preferida es la de la izquierda, con el gris, el negro y el plateado en las líneas, además de la forma de los cordones.
En el lado opuesto nos encontramos con estos dos diseños de a continuación. Harán la delicia de los más atrevidos pero el plateado de ambas, con la combinación entre el azul y el amarillo, a un servidor no le convence en absoluto (más, por el precio que se pide por ellas). También son más difíciles para combinar, aunque ya se sabe que un vaquero lo arregla casi todo.
Por último, otros dos diseños muestran la cara y la cruz. La preferencia por el velcro como cierre es algo que siempre me ha echado para atrás a la hora de comprar un calzado, no encuentro vistoso un cierre como éste, más bien es para los niños cuando no saben atarse los cordones. En cambio, la zapatilla de la derecha tiene un acabado en piel impecable, muy similar a un zapato y con cierta mirada puesta en el calzado de los golfistas.
Diseños hay, y muy variados. Ahora lo único que se necesita es poder pasar por caja y permitirse un calzado como éste. Los seguidores de la marca no lo dudarán, mientras que otros se lo pensarán antes de elegir su siguiente zapatilla.