Amazon se ha convertido en la tercera empresa más valiosa del mundo. El imperio del comercio electrónico cerró 2020 rozando los 250.000 millones de dólares y aunque según aseguran los expertos de Xataka, la clave de su crecimiento también está en su capacidad de diversificación, su negocio de retail ha crecido exponencialmente. Ha pasado de vender solo libros (en 1998) a convertirse en plataforma y el año 2020 ha disparado sus ingresos.
Los analistas estiman que alrededor del 40% de las ventas en Amazon las realizan vendedores externos que se han adherido a la plataforma. Entre estos vendedores podemos encontrar vendedores individuales y profesionales. Además de Amazon Sellers (venden directamente los productos a los clientes de Amazon) y Amazon Vendors (es el propio Amazon el que compra los productos para venderlos). Y he aquí el quid de la cuestión. Cuando compras a un vendedor que no es Amazon, ¿hasta dónde te puedes fiar? ¿podrían colarse falsificaciones?
Según aseguran desde la compañía de Jeff Bezos, Amazon prohíbe estrictamente la venta de productos falsificados en sus tiendas. Y el 99,9% de todos los productos vistos por los clientes en Amazon no han recibido ninguna denuncia válida por falsificación.
"No permitimos las falsificaciones en nuestra tienda y hemos dejado muy claro que tomamos medidas contundentes para perseguir a aquellos que intentan evadir nuestras medidas para proteger a las marcas”, dijo Dharmesh Mehta, vicepresidente de Confianza del Cliente y Apoyo a los Colaboradores Comerciales.
Fuentes de Amazon aseguran que la plataforma invirtió en 2019 más de 500 millones de dólares para proteger a los clientes y las marcas de fraudes y abusos, entre los que se incluyen la venta de falsificaciones.
Entre las medidas que tomó, la compañía explica que se encuentra una rigurosa selección de vendedores, la aplicación de tecnologías avanzadas basadas en el aprendizaje automático y el desarrollo de herramientas como Project Zero, Brand Registry y Transparency.
El programa Project Zero de Amazon llegó a Europa en 2019 para acabar con los productos falsificados. Se basa en el uso de tres herramientas que ya han tenido un impacto significativo en la reducción de falsificaciones en Estados Unidos, donde más de 3.000 marcas participan en el programa. Combina machine learning, tecnología de Amazon que examinan de forma sistemática y continuada las tiendas de Amazon y el conocimiento de las propias marcas de la propiedad intelectual. Según la compañía, "desde su lanzamiento, Project Zero ha evitado la publicación de más de 65 millones de ofertas sospechosas incluso antes de que llegasen a ser vistas por los clientes".
Las marcas inscritas en este proyecto tienen la capacidad de eliminar por sí mismas y de forma inmediata las falsificaciones y sus exclusiones se incorporan a las protecciones automáticas que permitirán a Amazon detectar posibles falsificaciones en un futuro.
Esto, unido al servicio de trazabilidad de productos, evita la falsificación a gran escala.
Además, en junio de 2020, Amazon puso en marcha su Unidad de Delitos de Falsificación, un equipo global dedicado a perseguir a los malos actores y garantizar que responden de sus actos ante la ley, así como a garantizar la colaboración con las fuerzas del orden.
"A través de nuestra Unidad de Delitos de Falsificación, hemos trabajado estrechamente con marcas de lujo y cosméticos, pequeñas empresas y marcas reconocidas a nivel internacional. Seguiremos luchando para proteger la propiedad intelectual de todos nuestros colaboradores comerciales, bien sean empresas familiares o grandes compañías", explicó Dharmesh Mehta.
Caso Salvatore Ferragamo
En febrero de 2021, Amazon y Salvatore Ferragamo presentaron dos demandas conjuntas contra falsificadores de producto. Amazon ya había presentado con anterioridad demandas contra falsificadores entre las que se incluyen una demanda contra personas que utilizan las redes sociales para promover y facilitar la venta de falsificaciones, así como demandas conjuntas con la marca italiana Valentino, la marca de cosméticos KF Beauty, la marca de accesorios de viaje para familias JL Childress y YETI.
Ahora, el portal demanda a cuatro individuos y tres entidades por falsificar productos de la marca Salvatore Ferragamo. Y especifica en un comunicado que "los demandados intentaron ofrecer productos falsificados en la tienda de Amazon, violando las políticas de Amazon, los derechos de propiedad intelectual de Ferragamo y la ley".
El gigante comercial ha anunciado que la demanda ha sido presentada en un Tribunal del Distrito Occidental de Washington (Estados Unidos), y alega que los acusados conspiraron para utilizar las marcas registradas de Ferragamo, sin autorización y para engañar a los clientes sobre la autenticidad, origen y la vinculación de los productos con la marca italiana.
La opinión de una experta
Desde Trendencias hemos hablado con una abogada especializada en patentes y marcas para entender mejor el 'Caso Salvatore Ferragamo' y profundizar en los problemas a los que se enfrenta Amazon en cuestión de falsificaciones.
"Normalmente lo que se hace si sospechas que están usando tu marca sin tu consentimiento es recurrir a la vía civil. Se presenta una demanda solicitando que se condene el cese con la indemnización de daños y perjuicios que corresponda. Esta indemnización se cuantifica conforme a la licencia que se hubiera hecho pagar a la persona que ha comercializado la marca en el caso de que hubiera llegado a un acuerdo para hacerlo. También existe otra vía, la penal, que consiste en presentar una querella pidiendo que se condene al delito que corresponda (falsificación, estafa...) poniendo en valor que se engaña a los consumidores. La última opción es aplicable sólo cuando la marca falsificada no está registrada y es la demanda por competencia desleal".
Pero, tal y como indica la experta, "esto se puede hacer cuando se tiene una persona localizada".
Es común demandar por falsificaciones, pero si tú no las vendes directamente, como hace Amazon, ¿tienes responsabilidad?
Amazon deja muy claro en su página de Condiciones Legales que no es ni el comprador ni el vendedor de los productos ofrecidos por vendedores externos en su marketplace y que es el vendedor el responsable de la venta de sus producto. Pero, a la vez, aclara que respeta la propiedad intelectual de terceros y pone a disposición de las marcas un formulario online de reclamación en caso de vulneración de derechos de propiedad intelectual. Eso sí, se exonera de responsabilidad y subraya su derecho a remitir a su favor la reclamación a las partes que hubieran facilitado el contenido supuestamente infractor.
La experta nos explica que aquí lo que Amazon hace es "unir fuerzas porque el que está vendiendo los productos falsificados ha vulnerado las condiciones del contrato firmado con Amazon. Amazon pone los medios para que esto no suceda obrando como un buen padre de familia. Su postura trata de proteger a las marcas por una cuestión de imagen reputacional".
En pocas palabras, el gigante del ecommerce mira por la confianza de sus consumidores y de las marcas que venden a través de él.
Fotos | @amazonas, @ferragamo
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