A una hora de la Ciudad de México está este desafiante y divertido laberinto que puedes recorrer en familia

Las vacaciones ya casi terminan, pero no por ello vamos a dejar de descubrir lugares únicos que pueden fascinar a chicos y grandes, por lo que si buscas un escape de la rutina y sumergirte en un mundo de misterio El Laberinto Ajusco te espera con sus sinuosos caminos y su ambiente mágico para pasar un fin de semana único.

Este peculiar laberinto, inspirado en el castillo de Hever, antigua residencia de Ana Bolena, te invita a perderte y encontrar tu propio camino en un entorno natural.

Ubicado en el corazón del Ajusco, este laberinto es una réplica a menor escala del original inglés. Sus setos cuidadosamente podados te guiarán a través de un recorrido lleno de sorpresas en las que tienes que internarte para poder encontrar la salida.

Construido en el año 1999, esta maravilla arquitectónica es obra del historiador de arte Ignacio Figueroa, quien convirtió su hogar en un espacio de recreación al aire libre.

La actividad principal es, por supuesto, perderse y encontrarse en este intrincado camino, convirtiendo a esta experiencia en una aventura única para toda la familia. Además, al encontrar la salida te toparás con áreas verdes ideales para disfrutar de las increíbles vistas del Ajusco donde podrás tomar fotos increíbles.

En el laberinto el servicio de camping tiene un costo de 200 pesos por persona. Incluye el acceso, un guía y estancia al laberinto, y el estacionamiento por 24 horas. 

El recorrido con un guía al laberinto dura entre 15 a 20 minutos y tiene un costo de 100 pesos por persona. Después de tu recorrido, puedes quedarte y aprovechar tu escapada el tiempo que gustes.

Un restaurante de montaña para cerrar el día

Por si fuera poco, recientemente la casa de Ignacio Figueroa se convirtió en un restaurante en el que podrás probar diferentes platillos deliciosos que van desde los tacos de arrachera hasta la pizza y pasta Alfredo, que puedes acompañar con una copa de vino.

El Laberinto Ajusco es una excelente opción para quienes buscan un escape de la ciudad y desean conectar con la naturaleza. Su ambiente tranquilo y enigmático lo convierten en un lugar ideal para relajarse y disfrutar de un día diferente, ya que, aunque "es pequeño, puedes disfrutar de un día tranquilo, fuera del caos de la ciudad", como afirma Ariadna.

Para llegar al Laberinto desde la Ciudad de México, toma Periférico Sur en dirección a Cuernavaca y busca la salida hacia Picacho Ajusco. Continúa hacia San Miguel Ajusco y por el Camino Viejo al Maninal, un trayecto de 550 metros donde encontrarás el laberinto.

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