Un antiguo estudio por parte del fabricante de anticonceptivos pone en evidencia lo bien que lo pasan los mexicanos en la intimidad
El sexo está hecho para disfrutar, y hacerlo de forma responsable es una de las mejores maneras de ejercer de una sexualidad placentera, por ello, en un estudio de 2007, Durex, una de las más populares marcas de anticonceptivos y artículos para el gozo en parejas heterosexuales, nos ha dejado boquiabiertos al descubrir que México es uno de los países en los que más se disfruta del sexo.
En dicho estudio realizado en 26 países, Durex asegura que los mexicanos ocupan el segundo lugar mundial como los más satisfechos sexualmente, sólo por debajo de los nigerianos y por encima de los hindúes.
Los resultados del estudio demuestran que los mexicanos tienen relaciones sexuales un promedio de 123 veces al año, lo cual es más que el promedio internacional de 103 veces, por si fuera poco, cada uno de esos encuentros dura alrededor de 22 minutos, en comparación con el promedio mundial de 18 minutos.
Además, dos tercios de los mexicanos encuestados dijeron que tienen orgasmos con regularidad en comparación con el promedio mundial del 48%. Como resultado, el 63% de los mexicanos que participaron en la encuesta dijeron que estaban completamente satisfechos con su vida sexual y no querían más.
Si bien estas cifras son muy halagadoras, los mexicanos tenemos trabajo por hacer para alcanzar a los griegos (que tienen relaciones sexuales unas 164 veces al año) y los brasileños (que tienen relaciones sexuales 144 veces al año).
El estudio evaluó un total de seis áreas en donde la satisfacción sexual fue el punto primordial del estudio, sin dejar de lado factores como la experimentación sexual, placer físico, aspectos emocionales, primeras relaciones sexuales y educación sexual.
Lamentablemente, no todos los países se pueden identificar plenos en su vida sexual como los mexicanos, ya que al final de la lista se encuentran los japoneses, que mantienen una media de 48 relaciones sexuales al año.
Lo que respecta una clara insatisfacción con su vida sexual, en parte por el estrés de trabajo, la presión social de éxito laboral y las normas culturales y comerciales japonesas que desalientan fuertemente a las mujeres a casarse si desean tener éxito en el trabajo.
Aunque este estudio tenga más de diez años de haberse publicado, no dudamos en que, con el paso del tiempo, nada haya cambiado en un país que muchos identifican como el de las personas más apasionadas del mundo.
Foto de Anastasia Shuraeva
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