Puebla, una joya del patrimonio cultural de México, es conocida por su arquitectura colonial, su gastronomía inigualable y una historia que respira en cada rincón. Sin embargo, entre sus tesoros menos conocidos, pero igualmente fascinantes, se encuentran las Ruinas de la Antigua Iglesia de San Bartolo, un destino que transporta a los visitantes al pasado y les permite conectar con un fragmento de la historia regional.
La Antigua Iglesia de San Bartolo fue erigida durante el periodo colonial, alrededor del siglo XVI, como parte de los esfuerzos de evangelización llevados a cabo por los frailes franciscanos en la región.
Este templo, dedicado a San Bartolomé Apóstol, servía como un importante punto de reunión espiritual para las comunidades indígenas locales y los colonos españoles.
Construida en un estilo arquitectónico que mezclaba influencias barrocas con detalles autóctonos, la iglesia destacaba por su fachada ornamentada y sus frescos, que representaban escenas bíblicas y motivos naturales. Con el tiempo, se convirtió en un testimonio tangible del sincretismo cultural y religioso que caracteriza a la región.
A lo largo de los siglos, diversos factores contribuyeron al deterioro de la iglesia. Entre ellos, destacan los sismos que han afectado recurrentemente a Puebla, así como la falta de mantenimiento y el desplazamiento de las comunidades hacia áreas urbanas. Hacia finales del siglo XIX, la iglesia fue abandonada, dejando tras de sí solo ruinas que, aunque desmoronadas, conservan su majestuosidad original.
Las ruinas permanecieron olvidadas durante décadas, cubiertas por la vegetación y utilizadas ocasionalmente por los habitantes de la zona como centro para realizar diversas actividades religiosas. Ahora, lo que es la parte principal del altar, se encuentra cubierta de hierba, haciendo que los árboles que han crecido libremente se conjuguen con los vestigios de las pinturas que una vez adornaron las paredes del templo.
Hoy, las Ruinas de la Antigua Iglesia de San Bartolo son un destino turístico que atrae a viajeros curiosos y amantes de la historia que gustan de la experiencia única de caminar entre sus muros derruidos, que interpretan como un viaje en el tiempo y escuchar los ecos de las ceremonias que allí tuvieron lugar.
El entorno natural que rodea las ruinas es igualmente encantador. Los jardines y la plaza que rodean esta construcción le dan un encanto especial a un lugar que, ahora, muchos utilizan como locación para fotografías de celebraciones especiales.
Sobre este lugar, Lorena Linares afirma que es un "interesante lugar, aunque ya casi no tiene nada en su interior. Sin embargo, la iglesia que se encuentra a un costado también es una construcción bonita y el pueblo es muy tranquilo".
Para llegar a San Bartolo Teontepec desde la capital de Puebla conduce por la carretera Oaxaca/Tehuacán de Córdoba a Puebla/México 150D por 75 kilómetros, después continúa por Cuacnopalan-Tehuacán hacia México 135D, en dirección a Pino Suárez en Barrio Segundo, San Bartolo Teontepec.
Fotos de Diego Guzmán
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