Jil Sander dentro. Jil Sander fuera. Diseñadora alemana tras su propia firma, diseñadora que no se siente a gusto con Patrizio Bertelli de Prada tras la compra de la firma por esta y diseñadora que se va. 2012 diseñadora que vuelve tras un período en el cual Raf Simons (ahora en Dior) cultivó muy bien la marca y su propia carrera. ¿Qué hay del presente tras este resumen en forma de telegrama? Hay una nueva colección otoño-invierno 2013/2014.

La apatía que me genera la Semana de la Moda de Milán, con tantos Versace y Pucci de la vida, la contrarrestan firmas como Jil Sander o Prada (siempre innovando, de la forma que sea), por citar dos. Ahora, con la diseñadora alemana de vuelta, hay curiosidad por ver la nueva Jil Sander.


Como toda buena continuación (porque pese a que es su firma inicial, esta nueva etapa es una continuación del diseñador belga, cuyo listón está muy alto) Jil Sander marca su propio territorio y se olvida del último invierno de Simons, un invierno muy primaveral el de 2012, para convertirlo en un invierno más lógico en cuanto a tonalidades.


Hablamos de un invierno dominando una paleta de colores oscuros con el azul y el negro como esquemas claves sobre los que se van sumando otros como el amarillo y el naranja más intenso, mínimos toques de dorado o el gris, dejando al burdeos oscurecido en la retaguardia.


Jil Sander tiene en sus abrigos su característica más reconocible, abrigos convertidos en vestidos y por momentos el mismo proceso a la inversa. Abrigos donde la tendencia de las formas más amplias no es tan clara para el próximo invierno, incluso podríamos hablar de una colección entallada para lo que es Jil Sander, amante de los vestidos y abrigos en los que entrar por cuadruplicado.


Hay coqueteos con el tartán, puntos comunes con el Burberry Prorsum de Christopher Bailey y con el Jil Sander de siempre, como es lógico.


El cuero se introduce en este discurso en faldas y vestidos con claros pliegues, jugando a dar forma a unos cortes que caen a plomo hasta debajo de la rodilla.
Jil Sander ha vuelto, esta vez con menos sorpresas y detalles a alabar que en su pasada primavera-verano 2013 pero con una moda que sigue sin necesitar brillos para lucir sola.
Jil Sander Otoño-Invierno 2013/2014, el desfile completo
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5 comentarios
jrgmo_88
Mi opinion sobre la coleccion la resume perfectamente la ultima frase del post:"Jil Sander ha vuelto, esta vez con menos sorpresas y detalles a alabar que en su pasada primavera-verano 2013 pero con una moda que sigue sin necesitar brillos para lucir sola" Como siempre Natxo excelente!
ingridcardozo
Para mi es sosa.
busta50
No va conmigo, salvo por el color y el tejido de algunos abrigos, como el mostaza o el azul marino, el resto muy alemán y los zapatos para un desfile militar.
Zaracienta
Sobrio, elegante, colores y líneas puras sin arriesgar pero que definen la silueta de la mujer, vamos en mi opinión, igual algo de esta colección o de este tipo nunca esta mal tener en el armario, es más creo que es adecuado Y ahora pensando ya en primavera por favorrrr http://zaracienta.blogspot.com.es/2013/02/visto-en-stradivarius-preparando-la.html
virgitruli
De esta colección no salvaría demasiadas cosas, un par de abrigos, un par de vestidos, el jersey azul de rayas y la falda de piel.
Y no puedo evitar hacer un comentario sobre las modelos. Se que no quieren que quiten protagonismo a la ropa y por eso las hacen pasar a veces por fantasmas, pero deberían saber una cosa de las mujeres que vemos los desfiles. Todas, y digo bien TODAS, cuando vemos estos desfiles, lo primero que querríamos es parecernos a esas diosas que van por ahí arriba (por supuesto descontando las extremadamente delgadas que dan grimilla) y al final pensamos que tampoco nos van a quedar tan diferentes, que ya sabemos lo que nos favorece y eso es un punto a nuestro favor, menos equivocaciones. Pero cuando me las ponen con esas caras tristes, esos pelos lamidos y sombras naranjas que lo único que parece es que han estado llorando un rato, pues no me quiero parecer, no Señor.
Entiendo lo de que las chicas no "tapen" la ropa, pero eso también se logra con caras frescas y tranquilas y peinados simples pero que se vean limpios y cómodos. Venden sueños, señores diseñadores, no pesadillas, recuérdenlo.