Hoy Isabel II cumple 90 años. Nunca ha sido un icono de estilo, a diferencia de otras mujeres de su extensa familia. Aún así, de ella también podemos aprender algo.
Lección 1: No se puede tener todo. No se puede dirigir un país y ser referente estético. Hay que renunciar a algo. No hay tiempo para todo. Por eso Barack Obama se pone sólo trajes azul marino o negros, así reduce las opciones a la hora de elegir y ahorra tiempo. La Reina de Inglaterra se ha decantado por otra fórmula: vestido, abrigo y sombrero del mismo color. Para alimentar los debates de los blogs y revistas de moda ya está su familia política.
Lección 2: La forma debe seguir a la función. El “uniforme” de la Reina no es una cuestión de gusto personal, responde a su papel de representante del Estado. Su ropa está pensada para ser fácilmente visible en la multitud. Si esperas varias horas bajo la lluvia para verla, sería una decepción no distinguirla en un mar de trajes oscuros, por eso lleva siempre colores brillantes. Es bastante menuda, así que sus eternos sombreros también ayudan a que destaque. Otros pequeños trucos de sus atuendos: la manga, casi siempre tres cuartos, es más cómoda a la hora de estrechar manos y evita accidentes con la salsa en las comidas oficiales; las sisas de sus abrigos y trajes están sobredimensionadas para hacer más fácil su imitadísimo saludo; el dobladillo de los vestidos y abrigos lleva pequeños pesos para evitar problemas en caso de viento; sus paraguas son siempre transparentes para que el público la pueda ver incluso si llueve.
Lección 3: En el trabajo, zapatos cómodos. La Reina lleva siempre el mismo tipo de zapato: de piel, negro, con tacón de 5 cm. La única excepción la hace cuando viaja a países con clima muy cálido. Entonces utiliza zapatos del mismo tipo, pero blancos. Puede parecer aburrido, pero en realidad tiene sentido: sus jornadas son largas y en la multitud es más visible un sombrero que los zapatos.
Lección 4: Tener estilo no es seguir la moda. Dicen que la estrategia no es tanto lo que decides hacer como lo que decides no hacer. Lo mismo se puede decir del estilo, está más definido por las cosas a las que se renuncia. En el caso de la Reina de Inglaterra, su renuncia es seguir la moda, intentar sorprender. Su papel como Jefa de Estado es representar la estabilidad y la continuidad, por eso su imagen debe ser apropiada y hasta cierto punto previsible. O sea, abrigo y sombrero otra vez. De vez en cuando, una tiara.
Lección 5: Si esperas lo suficiente, lo que te gusta se pondrá de moda. La Reina no sigue la moda, pero en ocasiones la moda la sigue a ella. Es justo lo que pasó en 2008 cuando la colección de otoño - invierno de Dolce&Gabbana se inspiró de manera evidente en el estilo de ropa que Isabel II lleva cuando está en el campo: faldas de tweed, chaquetas, pañuelos…
Aunque no sea un icono de moda para las mujeres más jóvenes, hay que admitir que sus elecciones son de lo más acertadas para su edad y su peculiar trabajo. No creo que debamos imitar su estilo, pero sí este espíritu.
Feliz cumpleaños, Majestad.
Fotos: Cordon Press
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