No son como dos gotas de agua. Se parecen pero no tanto como para que sus similitudes físicas rocen la obviedad. Son guapas, son voluptuosas, cantan y bailan. Y ambas son unas apasionadas de la moda. Aunque una, la mayor, Beyoncé, tiene bastante más éxito que la otra.
No me atrevo a decir que con ellas se repite el patrón de las hermanas Cruz, esa nueva dinámica familiar que consiste en que la que la más rica y famosa tira de la otra sin miedo a que se encasille de por vida como "la hermana de", aquí hay material talentoso aún por explotar.
Si bien Beyoncé es una estrella mundial y se ha labrado una carrera impresionante con tan sólo 27 años, Solange, de 22, parece que empieza a despegar en el mundo de la canción y le viene pisando los talones a la reina del r&b en cuestiones de talento musical y de estilo personal, porque a juzgar por sus últimas apariciones, la chica, viene con intención de eclipsar.
De Solange, que hace poco estuvo en Madrid presentando su nuevo disso (imagen de arriba), muy recomendable por cierto, y que me corrija Montag si me equivoco, podemos decir que aunque todavía se encuentre en esa fase de r&bización de la ropa, es decir, de llevar por montera su identidad musical y racial, su evolución ha sido mucho más rápida y eficiente que la de su hermanísima y modelo a seguir.
Le encantan los leggings, los mini vestidos, las faldas tubo y los colores fuertes.
Los taconazos, los tejidos brillantes y como no, los motivos de leopardo.
Aún así, suele estar más cerca de la discreción que del total descaro y el craso error, pero la palabra elegante, al igual que le pasa a su hermana, le viene todavía bastante grande.
¿O no?
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