Nunca he sido gran seguidor de Cameron Diaz, es más, por lo general me posiciono al otro lado si hablamos de si la actriz estadounidense tiene o no estilo. Me parece bastante aburrida. Un estilo clásico que no es mi fuerte pero sobre todo, una percha que a veces no me convence.
Reconozco que Cameron Diaz tiene momentos en los que suele ir muy acertada, pero es de esas mujeres que no me acaban de convencer por muy bien que vistan y por los mejores vestidos que se ponga. En el nuevo editorial de Harper's Bazaar me vuelve a ocurrir lo mismo. Los looks no están mal pero ella me parece de cartón, sin transmitir nada.
Si encima le sumo que a Terry Richardson hay que pedirle más que al resto de fotógrafos, puesto que nos tiene acostumbrados a sesiones originales, pero en cambio en el nuevo editorial el trabajo es igual que Cameron Diaz para mí: aburrido.
Vale que hablamos de la edición estadounidense de Harper's Bazaar, donde la gran parte de los editoriales son para dormir la siesta, destinados a no salirse de la clásico, pero es que aquí lo más destacable es ver a la actriz como si fuese una gigante con Nueva York empequeñecido.
Podemos coger ideas para vestir y sobre todo para ir al trabajo, ya que son looks muy formales destinados al otoño cuando bajen las temperaturas. Looks con blazers, shorts de cuadros que ella no logra transmitir bien, no como Blake Lively, o vestidos cortos en blanco. Vamos, más de lo mismo. Las tendencias continúan y Cameron Diaz sigue igual que siempre.
Fotos | Harper's Bazaar