Pensábamos que el reinado de las que hasta el momento llamábamos mallas, tenía fecha de caducidad. Pero el tiempo nos ha quitado la razón y ha ampliado su periodo de vida. No a todas nos sientan bien, no todas somos fans de su comodidad, pero los leggins se siguen llevando de manera informal como atuendo de calle y de forma más seria para salir de noche, acudir al trabajo o hasta ir a una fiesta. La clave es que no parezcan lo que son.
A Olivia Palermo le suelen quedar de fábula. Ayuda una barbaridad que tenga esas piernas tan sumamente delgadas, lo que por otra parte no le resta mérito a su manera de combinarlso siempre con sumo acierto y sin caer en el típico look.. Aquí por ejemplo, su estilismo es elegante y perfecto y sirve para un dia en la oficina, para ir de compras o para salir de cena.
Las que pensábais que su estrechez y los tejidos brillantes o plastificados en los que vienen, no eran compatibles con lo clásico o convencional, os equivocábais. Al menos eso nos da a entender la reaparecida Palermo.
En la otra cara de la moneda tenemos a Whitney Port . Quien suele destacar también por su habilidad a la hora de integrarlos a modo de pantalones en cualquier outfit. Vamos, que no es como las Lohan y compañia que quieren que lo suyo clame a extremadamente apretado y chabacano.
Port se mete en este par de leggins de efecto metalizado que pocas de nosotras nos llevaríamos de una tienda, y les da un aire totalmente callejero.
Esta Primavera-Verano 2010 los vamos a llevar mucho y la versión más cercana al pantalón al uso la tenemos en Mango o Zara y tiene un aire ecuestre. La clave: la cremallera, los botones, y la pinza. Porque se combina la estructura de un pitillo, con la comodida de una malla.
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