El G-20 ha dejado de llenar primeras planas de editoriales sobre actualidad internacional para ocupar las páginas de moda, y es que además de captar la atención de analistas políticos, las miradas de las principales revistas se fijan en el estilo de las primeras damas, especialmente, en Michelle Obama: ellas son las verdaderas mandatarias.
La política monetaria y los estímulos fiscales parecen haber quedado en un segundo plano, las argucias financieras para salir de la recesión no son ya el tema estrella a debate, y que no suele frívolo, es solo algo irónico, pero muchos saben que se celebra estos días este crucial encuentro en Londres gracias a la expectación que despiertan los vestidos y abrigos de la esposa de Barack.
Pero que nadie se equivoque, que nosotros no admiramos a Michelle por la ropa que luce, su tirón mediático es fruto de una brillante personalidad y un acurado curriculum, que vista de primeras firmas y tenga estilo además de cabeza es una expresión más de su personalidad.
Los fotógrafos convocados ayer en el aeropuerto de Heathrow no tenían como objetivo al Presidente de Estados Unidos, sino a su flamante y kilométrica mujer, la misma que ha resucitado el espíritu de Jackie Kennedy y la misma que no se pone cómoda como el resto de famosas para viajar.
Ella embarca con un modelito, en este caso un vestido negro de Thakoon (uno de sus diseñadores preferidos) y un abrigo blanco tipo Chanel de Michael Kors, y aterriza con otro: vestido mostaza de Jason Wu y guardapolvo, de nuevo, de Michael Kors.
¿Y qué me decís de su look para encontrarse con el matrimonio Brown?
El cárdigan con incrustaciones es de J.Crew y aparte de estar agotado cuesta 298 dólares.
Todos los testimonios gráficos apuntan a su atuendo, y si bien el momento álgido será esta noche cuando se encuentre con el resto de mujeres de primeros ministros y presidentes (donde disfrutaremos de Sonsoles Espinosa, a la que algunos medios británicos califican como la nueva Carla Bruni, la que por cierto no acudirá), el aperitivo que nos ha ofrecido Michelle es más que suficiente para hacer un balance positivo a nivel estilístico de una de las cumbres más importantes del año.
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