Solo un día después de que su hija Carrie Fisher falleciera, Debbie Reynolds ha muerto a los 84 años de edad, víctima de una embolia. A los 19 años protagonizó Cantando bajo la lluvia, su mayor éxito en el cine, pero su aportación al Hollywood dorado va mucho más allá. Debbie Reynolds atesoró durante años muchas de las mayores joyas del vestuario de Hollywood que te puedas imaginar: los zapatos rojos de El Mago de Oz, el vestido que Audrey Hepburn lució en My Fair Lady, y muchos otros tesoros.
De esta forma contribuyó a preservar el recuerdo de un Hollywood dorado del que cada vez queda menos: menos estrellas vivas, menos producciones mastodónticas, menos nostalgia, menos misterio...
Precisamente este año se vendieron en subasta algunas de los vestidos más icónicos de la colección: vestidos de Marilyn Monroe, de Vivien Leigh y de Elizabeth Taylor, el vestuario de Sonrisas y Lágrimas, de El Mago de Oz, de Cleopatra. Revisar la colección es recordar esas películas de enorme presupuesto que marcaron una época.
Debbie Reynolds compró muchas de esas prendas por un precio irrisorio, y las vendió por enormes sumas de dinero. Se calcula que gastó unos 600.000$ y llego a recaudar más de 25 millones de dólares. Por ejemplo, los zapatos brillantes que lució Judy Garland en El mago de Oz solo costaron 300$ y en subasta alcanzaron un precio de 690.000$.
Aún se pueden comprar en su página web algunas piezas de su enorme colección. El vestuario de las películas es otra pieza más del fascinante mundo del cine y de su magia.
Fotos | Fashion Telegraph
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