Aunque hay iconos que sobreviven al cambio de año, e incluso de década, cada 365 se van reciclando las mujeres, no las vamos a llamar elegantes como en el Hola!, pero sí más ignificativas por su aportación al mundo de la moda. Ya sea para bien o para mal. El 2009 no ha diferido excesivamente del 2008: las it girls se han confirmado como fuente de inspiración. Las actrices, siguen marcando pautas en nombre de las modelos; las cantantes como tal pierden fuelle; y las musas venidas de internet, aunque han proliferado, ya no son líderes: las profesionales de la moda y las socialités les han tomado el relevo.
Al final, no importa la nomenclatura porque todas se solapan y mezclan, formando parte de un mismo circulo vicioso en el que no importa a qué gremio pertenezcan si al final, tienen estilo.
Si 2008 era el año de los minivestidos de Gwyneth Paltrow; la languidez descuidada de Keira Kinghtley, o naíf, de Natalie Portman; el aire televisivo de Rachel Bilson y el grunge indie de Kirsten Dunst, este año las intérpretes que más fuerte han pisado, han sido las más jóvenes. Emma Watson ha logrado quitarse la máscara de Hermione y se ha convertido en pura inspiración.
Kristen Stewart ha querido seguir su estela, pero se ha quedado en polvo del camino...
Personalmente me quedo mucho antes con Evan Rachel Wood. La sucesora natural de Dita Von Teese.
Sienna Miller y Kate Bosworth se mantiene en la cumbre. Estables y sin cambios.
Y el renacimiento más llamativo sobre la alfombra roja lo ha protagonizado Drew Barrymore. Ella ha sido la mujer de las mil caras sobre la red carpet y nos ha brindado los estilismos más variopintos y loables.
La nueva Michelle Williams, ha sido Rachel McAdams. La nueva Anne Hathaway, Emmy Rossum. Y el intento de sucesión de Maggie Gyllenhaal, una Ginnifer Goodwin algo menos autenticamente retro pero cuyo estilo personal, no solamente ha sido un soplo de aire diverso sino que su físico, al igual que el de Gyllenhaal, abre las puertas a prototipos menos clónicos.
La madura más estilosa ha sido sin duda una Julianne Moore pletórica.
Y el animal andrógino más exquisito y fuera de todo parámetro convencional: Tilda Swinton.
El color del 2009 no ha sido el púrpura, sino el tostado de la fantástica piel de Zoe Saldana, Joy Bryant y Thandie Newton.
Diane Kruger y Chloë Sevigny transitan indefinidamente hacia tierra de it girls.
Un terreno por el que el año pasado campaban a sus anchas unas Lindsay Lohan y Mischa Barton de las que yo no queda ni el eco de sus escándalos...
Una pena porque Barton, desaparecida en combate la mayor parte de este 2009, nos brindaba a pricipios de enero uno de los mejores looks de noche del año.
¿Sí o no?
Y es que el fenómeno it girl está compuesto por gurús del estilo independientemente de su disciplina de origen. Porque al final todas ejercen de imágenes de marca, modelos ocasionales y gestadoras de tendencias paralelamente a su especialidad profesional.
Allí han ido a parar también las cantantes. Un gremio en el que las riendas las lleva el sector europeo: Lilly Allen, Pixie Lott o Emilia de Poiret son sus cabezas visibles y las más solicitadas.
Del otro lado del charco Lady Gaga se lleva la palma y se convierte en el icono más importante de 2009.
Katy Perry le hace de dama de honor a la reina de lo onírico absurdo y Rihanna, con tanto cambio de imagen a lo largo del año, al final, pierde fuelle.
La corriente televisiva la marcan claramente dos mujeres adoptadas por la MTV: Olivia Palermo y Alexa Chung. Ellas son las abanderadas por excelencia del torbellino cool and chic.
Un manantial del que nos abastecemos todas y del que emanan elencos de serie al completo como el de Gossip Girl.
Unos personajes inspirados en socialités de carne y hueso como Byrdie Bell, Julia Restoin-Roitfeld, Gaia Repossi, Vanessa Traina, Eugenie Niarchos, Poppy Delevigne, Margherita Missoni o Lauren Santo Domingo.
Herederas en línea descendiente de las mujeres más envidiadas de Manhattan: las protagonistas de Sexo en Nueva York. Las mismas que mientras preparan su vuelta por la puerta grande en 2010, nos han dejado estilismos para el recuerdo como éste de Sarah Jessica Parker.