Nueva York, aparte de ser la ciudad que nunca duerme, es también la urbe que no se va nunca de vacaciones. Y es que si en ciudades como Madrid o Barcelona pasear a las tres de la tarde un día cualquiera de agosto puede ser de lo más desalentador, en Nueva York la actividad nunca cesa y las noches siguen estando amenizadas por fiestas de promoción, eventos publicitarios, estrenos minoritarios y alguna que otra gala benéfica.
En la presentación de un nuevo teléfono en una terraza de moda de la Gran Manzana se encontraban ayer tres antagónicas socialités, cada una haciendo alarde de su particular estilo: Chloë Sevigny, demostrando que los vestidos nude o empolvados han encontrado en el carmín rojo o coral a su mejor aliado, y que las sandalias multi-hebillas, se van a seguir llevando en otoño (ella misma ha creado una línea de calzado de este tipo para Opening Ceremony); Erin Lucas, reafirmando que con tejanos una puede ir igual de estupenda que las demás, aunque se pasen de haraposos (ojo a esos Louboutin de lazo fucsias que ya le vimos a Sarah Jessica Parker y que vuelven a ser la clave de un look), y Olivia Palermo, más lacia que de costumbre, reciclando top y zapatos tipo Oxford.
Ninguna de ellas estaba sin embargo tan bronceada y favorecida como Gwyneth Paltrow en una gala benéfica volviendo a las andadas con sus minivestidos de Preen: de diez.
Lo mismo que Rachel Bilson, que tras algún que otro tropezón de calle, se presentaba así de sencillamente estupenda a otro acto publicitario relacionado con la telefonía. Si todavía no teneís un blazer, corriendo a por él. Porque entre cazadoras biker y blazers anda el juego de los mejores estilismos de este próximo invierno.
Y así nos lo hace saber Nicky Hilton, que en el mismo evento que Rachel niquelaba su minivestido negro con incrustaciones de Swarovsky con una minicazadora de cuero.
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