Grace Kelly: reina de Hollywood y princesa de Mónaco (I)

En 1955 se estrenó "Atrapa a un ladrón", protagonizada por Grace Kelly y Cary Grant y dirigida por el rey del suspense Alfred Hitchcock, la película, considerada una "obra menor" del director recibió muy buenas críticas, sin embargo, por la química que desprendían dos de los actores más famosos de la época. La película se rodó en Mónaco y durante el rodaje de una de las escenas exteriores Grace Kelly levantó la vista para descubrir unos hermosos jardines: "¿A quién pertenece esta maravilla?", cuentan los biógrafos que preguntó la actriz, "Al Príncipe Rainiero de Mónaco".

La idea de visitar esos jardines quedó grabada en la mente de Grace Kelly y fue ese mismo año, cuando se estrenó la película de Hitchcock y la famosa actriz fue elegida como imagen del Festival de Cannes cuando tuvo el placer de pasear por el lugar que más tarde se convertiría en su casa.

Grace Kelly con tan sólo 25 años era uno de los rostros más conocidos de Hollywood y por consiguiente (tengamos en cuenta que en aquella época las películas estaban hasta tres años en cartel) del mundo entero. Con 26 años se convirtió en Princesa de Mónaco. Parece una de esas historias de "y vivieron felices y comieron perdices" sin embargo en la vida de Grace Kelly no es oro todo lo que reluce. A falta de días para que Nicole Kidman le de vida en la gran pantalla en una versión de Kelly que no ha gustado demasiado en Palacio, recordamos la vida de la actriz, la princesa y del icono de estilo.

Una chica de Filadelfia

Pero comencemos por el principio antes de llegar al Principado, Grace Patricia Kelly nació en el seno de una familia acomodada en Filadelfia, su padre Jack Kelly, era un próspero empresario y además, conocido casanova: en el libro "La verdadera Grace: la vida y los tiempos de una princesa americana" cuentan que cuando llegaba la Navidad su padre encargaba en Elizabeth Arden 27 bolsas de productos de belleza y se las mandaba a sus 27 amantes.

Sin embargo, su padre no veía con buenos ojos que su pequeña hubiese heredado las mismas dotes de seducción que él ya que la idea en su familia era convertirla en una señorita elegante y casarla con una buena pieza. Tuvo un par de historias de amor, una de ellas con un hombre bastante mayor, lo que produjo enfrentamientos con su familia. A los 18 años Grace decide que su vida no iba a ser la de una mujer adinerada corriente de Filadelfia y se muda a Nueva York a estudiar Arte Dramático pese a las oposiciones familiares.

Nueva York, Los Ángeles: amor y trabajo

Un volcán cubierto de nieve. Así la describió Alfred Hitchcock. Una definición perfecta para una mujer como Grace Kelly, de físico imponente, comenzó trabajando como modelo: su metro setenta y tres, sus cincuenta y tres kilos, su cabello rubio y sus ojos azules la convertían en el ideal de belleza americana de la época.

Su aspecto era dulce y elegante, pero al mismo tiempo frío. Sin embargo su interior era todo lo contrario. En 1949 consiguió su primer papel en una obra de teatro de Broadway, la obra pasó desapercibida pero no sucedió lo mismo con Grace Kelly, que recibió ofertas para trabajar en televisión.

De su periodo en Nueva York hay mucho escrito: estrella emergente, comenzaba a tener admiradores de altas y bajas esferas, algunos de ellos mucho más mayores que ella e incluso casados, por lo que comenzó a labrarse la reputación de "debora hombres" y "destroza parejas". Grace Kelly era demasiado moderna para los años 50 en Nueva York: disfrutaba de la vida y vivía aventuras, no se comprometía con nadie. Hacía lo que hacían los actores masculinos de la época, con la única diferencia de que a ella no la calificaban de "conquistadora", precisamente.

A los pocos años de llegar a Nueva York, Grace Kelly era una de las personas mejor relacionadas de la época: en parte por su ascendente carrera por actriz y en parte por haber nacido bien situada en la alta sociedad. Su belleza y su talento hicieron que muchos hombres peleasen por su compañía, cabe destacar su romance con el 'playboy' Ali Khan, el futuro marido de Rita Hayworth, que le regaló uno de los brazaletes con los que solía recompensar a sus amantes. Pero quizás lo más sonado fue su aventura con John Kennedy que provocó una enemistad de por vida con Jackie Kennedy cuando esta se enteró del tórrido romance hasta el punto que Jackie no quiso recibirla en la Casa Blanca cuando, tras el funeral de su marido, Grace Kelly se acercó a Washington para llorar sobre la tumba del presidente y presentar sus respetos a la familia.

Después de vivir a lo grande en Nueva York, Grace Kelly decidió que quería dar el salto a la gran pantalla por lo que se trasladó a la meca del cine. Su carrera fue breve pero extraordinaria: en seis años trabajó en once películas y en las revistas del corazón figuró como “la Primera Dama de Hollywood”.

En los años 50, los actores de Hollywood eran para los americanos como su propia realeza, ya que en América no existía el lujo de las Casas Reales Europeas la prensa se encargaba de crearlas. Así, estrellas como Elizabeth Taylor, Marilyn Monroe, Ava Gadner o la misma Grace Kelly se convertían en mujeres admiradas y adoradas por un público que demandaba saber de ellas, verlas en pantalla y también conocer su vida.

Su primera película, Catorce Horas, pasó inadvertida, sin embargo le facilitó conseguir su segundo papel en la película Solo ante el peligro de Fred Zinnemann que llegó a conseguir cuatro Oscar de la Academia. En esta película compartía cartel con el veterano actor Gary Cooper, que tenía 28 años más que ella y a quien sedujo desde el primer momento. Y no sólo a él, parece ser que también tuvo una relación el director del film, Fred Zinnermann, cuya devoción por la actriz hizo que en el montaje final incluyera un número infrecuente de primeros planos de la actriz, lo que desató la cólera de la otra protagonista, Katy Jurado.

Pero parece ser que no sólo el director austriaco se enamoró de la joven Grace Kelly, que tenía veintidós años en aquella época, sino que el público también lo hizo. Su carrera despegó con aquella película y posibilitó que trabajase después en Mogambo junto a John Ford, Clark Gable y Ava Gardner, con quien inició una buena relación de amistad. Por lo visto, también tuvo tiempo para seducir a Gable quien, una vez fuera de África le dijo que aquello se había terminado. Por Mogambo fue candidata al Oscar a Mejor Actriz de Reparto.

Ganaría el de Mejor Actriz Principal en 1955 por The Country Girl, dirigida por George Seaton.

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