Ecos de nuevas operaciones corren por los mentideros de las revistas. Contemplando las nuevas imágenes de la Princesa Letizia es cierto que un extraño rictus asoma por su cara, pero aquí no estoy para definir sus nuevas facciones sino sus aciertos y desaciertos. El último de sus looks en un evento es un pleno al 15, bueno, no todo.
El abrigo es justo lo que necesita: porte, elegancia y sobriedad pero sin ser aburrido. Su color rojo lo hace culmen de las tendencias de este invierno y su toque masculino también. Cómo lo ha acompañado resulta también una opción adecuada, si por mí fuera la hubiera aconsejado un wide leg pant en el mismo color pero el gris y un corte menos ancho le aporta esa sobriedad que parece siempre querer encarnar.
Dos grandes peros en su look para asistir a las jornadas sobre “La Importancia de la Investigación del Cáncer”: su calzado, anodino y que aporta un color más que el conjunto no necesita y el abrigo o más bien su talla o cómo le sienta. Su delgadez hace que deba ajustarlo hasta límites en los que pierde su forma y gracia.
El bolso, de diseño discreto y un pelín rancio de Felipe Varela, lleva a la discreción la tendencia de la temporada, las tachuelas, que como ella sabe una princesa nunca debería lucir. Hacerlo en su justa medida es difícil, ella la ha encontrado.
Fotos | Gtres
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