Marion Cotillard defiende hasta los modelitos más imposibles de Dior

Puede que Jennifer Lawrence no sepa defender como se merecen las creaciones de Raf Simons para Christian Dior, ni siquiera las de Alta Costura, pero la gran firma francesa tiene en Marion Cotillard una verdadera valedora de su firma. A diferencia de Jennifer, Marion no es una chavala, es una mujer hecha y derecha, con carisma, con galmour, con ese chic francés que es Dior y toda su historia. Ella sí encaja con el perfil de clientas de Dior.

Incluso con esa imagen demasiado sofisticada con la que ha acudido al Festival de Cine de Marrakech. Un moño alto, unos labios oscuros pueden dar una imagen severa, adulta de ella, pero Marion Cotillard sigue luciendo fantástica y con clase.

Y eso que el vestido es difícil: tejido plateado con aplicaciones, satén negro y una red blanca por debajo forman un vestido pensado más para la pasarela, un ejercicio artístico más que un vestido bonito para lucirse. Hay que verlo más como un cuadro del museo más que como un vestido que vayas a lucir en Nochevieja.

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