Como muchos de vosotros sabréis, Penélope Cruz ha renunciado a asistir a la almuerzo anual de nominados a los Oscar por no poder compatibilizar su asistencia al evento celebrado en Los Ángeles con su presencia en los Goya. Al final Pé sabe que este año se va a ir a casa de vacío, y sus esfuerzos por hacer acto de presencia en este tipo de actos están siendo mínimos.
Allí sí estaban sin embargos algunas de sus contrincantes, entre ellas, Maggie Gyllenhaal. Una de las actrices con estilo más personal, particular y único de Hollywood. Gustará o no gustará, pero es auténtica. A mi personalmente me encanta porque aunque seguramente detrás de sus elecciones está una estilista, como está a la sombra de la mayoría, no hay nada que lleve que no vaya con ella.
Su vestido será todo lo bohemio y demasiado informal que se quiera, pero es cien por cien ella.
De cóctel y en color maquillaje iba Anna Kendrick.
De Gianfranco Ferré Primavera-Verano 2010, pero en mi opinión, cero acertada. No sé si la acriz la que le echa años al look, o el look el que la envejece a ella.
Optando a estatuilla por la misma película, Up in the air, Vera Farmiga totalmente ladylike y sencilla.
Reversionando de nuevo un Prada Primavera-Verano 2010: Carey Mulligan. En la tienda de Miuccia deben ir locos con sus retoques.
¿No?
La que no tiene estilo no tiene estilo, por mucho que se ponga un McQueen. Y aquí retomo el hilo de Maggie Gyllenhaal, cuyo estilo te parecerá estupendo o tremebundo, pero al menos no carece de él. Cosa que no le pasa a Sandra Bullock. Se ponga lo que se ponga despista, y no es que no acierte, porque en ocasiones va favorecida, pero aquellas personas cuyo estilo te cuesta definir con palabras, es que simplemente se visten…
Otras simplemente es difícil que lo expresen, pero a Gabourey Sibide sus kilos no le pueden y lejos de renunciar a lo que muchas otras con la mitad de su peso renuncian a enseñar, ella muestra orgullosa su cuerpo.